El Betis le dio al trámite lo que merecía

Partido de puro agosto y en la convicción de que cualquier torneo hubiera tenido mucho más nivel competitivo que esto que enfrentó al Betis con los ucranianos del Kryvbas. Un partido que el equipo de Pellegrini solventó sin despeinarse y eso da idea de cómo el alto número de competiciones continentales lleva en su valija un batallón de equipos que no contribuyen a darle importancia a este tipo de eventos deportivos.

Con un puñado de novedades respecto al debut liguero afrontaba el Betis su compromiso con un rival inferior y que sobrellevaba la carga de tener que salir de casa para hacer de local. La guerra ha echado a los rusos de las competiciones internacionales y ha obligado a los ucranianos a buscarse la vida lejos de su país. Quiere decirse que la reconocida superioridad bética iba a recibir un plus que le distanciaba del rival y que facilitaba las cosas para pasar este fielato.

En este tipo de confrontaciones, el tiempo que tarda en llegar el primer gol es cuando las diferencias se hacen menos ostensibles, pero en este caso ni siquiera eso. Se inauguraba el marcador a los trece minutos y fue tras un buen tiro raso de Altimira que rechazó el portero para que Ávila marcase a quemarropa. Lo más difícil lo había resuelto el Betis con toda comodidad y presteza, pero no acertó el equipo de Pellegrini a sacar a relucir esa superioridad con solvencia.

De todas formas, Rui Silva anduvo en asuntos propios y el partido iba a demostrar una vez más que, por ejemplo, Altimira debería tener un rol más importante y que Natan impone. Y en un ejercicio de voluntarismo, los ucranianos iban a cada balón con energía, pero coronaba Rodri su buena noche con un golazo que debe servir de revalorización en el mercado. Y ahora, con la vista en Vitoria y el pasaporte continental a falta de obtener el jueves su visado, que siga el mercadeo.