Tribuna Económica
Joaquín Aurioles
Inventarios de diciembre (4). Desigualdad
Tribuna Económica
El espíritu fundacional del bitcoin, una forma de pago en una comunidad internacional, con acceso aleatorio, anónima, sin un control centralizado, para realizar transacciones entre los miembros de esa comunidad, ya no existe, y ha sido sustituido por un negocio muy concentrado de plataformas que venden y compran, sujeto a la manipulación de cualquiera que tiene intereses y poder, sea el dueño de Tesla o fondos y bancos de inversión. La criptomoneda ha pasado de ser la expresión de la democracia en la creación y uso del dinero, a dominio de una oligarquía manipuladora.
Disponemos de medios de pago sin necesidad de dinero físico, de manera muy cómoda, con acceso para todo el mundo, segura, y muy barata, por lo que las criptomonedas no aportan nada en este sentido; su valor actual de mercado de 1,5 millones de millones de dólares no se corresponde con las reducidas compraventas reales en criptomonedas. Por el contrario, sólo las transacciones diarias de divisas (las 39 más significativas) supera los 7 millones de millones de dólares. Las criptomonedas (a excepción de Tether) son absurdamente volátiles y 100 dólares en 2017, valdrían 12 en 2018, 25 en 2020, 200 y 180 en la actualidad, frente a la estabilidad de monedas como el euro, dólar, yen, renminbi, o libra.
En segundo lugar, como a toda buena burbuja financiera, se le va añadiendo complejidad. La Unión Europea las define como "una representación digital de valor o derechos que pueden transferirse y almacenarse electrónicamente en un registro descentralizado", y va a intentar regular -sobre todo para evitar fraudes, blanqueo de capitales y prevención del terrorismo- activos financieros emitidos en criptomonedas, como puede ser deuda de una empresa, o derivados; quiere controlar a los custodios, la negociación en plataformas y canjes por divisas, los depósitos, y servicios de asesoramiento. La emisión de productos financieros, o fondos de criptomonedas, oscurece y dificulta el conocimiento de la rentabilidad y riesgo de esos productos. Un tercer aspecto es la emisión de criptomonedas en sus divisas por los bancos centrales, bien limitado a bancos, sector público y grandes empresas, o al público en general, lo que supone que un particular pueda trabajar directamente en un sistema de cripto euro emitido y gobernado por el Banco Central Europeo. La crisis sanitaria ha reavivado el interés de los bancos centrales en disponer de un mecanismo directo de medios de pagos.
John Maynard Keynes distinguió entre empresarios cuyos animalspirits le lleva a actuar y crear algo positivo, y especuladores que no tienen más lógica que hacer lo que otros especuladores hacen. Actualmente, con las criptomonedas, la creencia de que alguien con influencia en los mercados financieros sabe algo que nosotros no sabemos y que hay que seguirlo, infla continuamente la burbuja, aunque en realidad no hay nada intrínseco a estas monedas para que tengan más o menos valor. En suma, no veo animalspirits empresarial en las criptomonedas, ni como medio de pago ni como soporte de productos financieros; sólo hay una especulación que puede tomarse como un juego más, donde nadie debería comprometer más que aquel dinero que le sobra, si quiere probar con él en una nueva lotería.
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