Visto y Oído
SoniaSonia
Uno de los grandes propósitos del Cabildo Catedral es difundir entre los fieles y visitantes la vida ordinaria de la institución. Para ello, desde hace algunos años reserva la zona del trascoro como espacio que alberga exposiciones temporales. De esta manera, al tiempo que se ofrece un valor catequético añadido a la visita cultural, se da a conocer el patrimonio mueble que normalmente pasa desapercibido debido a la distancia existente entre la pieza y el visitante.
En la cuaresma, todo el que se acerque a la Catedral podrá deleitarse con la muestra Tempus Quadragesimae. Con este título, el Cabildo quiere dar a conocer piezas de primer nivel, que habitualmente no se exponen en los espacios de la visita cultural, fusionando así cultura y evangelización.
Entre otras obras de arte, podemos admirar la escultura de Cristo atado a la columna, atribuida a Francisco Antonio Ruiz Gijón (1688/1689); una excepcional Dolorosa, atribuida a Pedro de Mena y Medrano, proveniente de la Capilla de los Dolores; y el Ecce Homo de la capilla de San Francisco, atribuido a José Montes de Oca (1730). Asimismo, destacamos el Cristo crucificado de Hernán Cortés, de escuela hispano – filipina. Se trata de una magnífica escultura en marfil policromado, ubicada en la sacristía de la Capilla Real. También algunas pinturas procedentes de la capilla de Santiago. En el apartado de orfebrería, contemplamos la denominada Cruz verde de la Santa Espina, el Relicario Lignum crucis de Clemente XIV (obra de Antonio Méndez, 1796), procedente de la Sacristía Mayor y otros enseres litúrgicos relacionados con la cuaresma.
Siguiendo los criterios de conservación que actualmente se aplican, estos cambios consiguen adaptar los contenidos de la muestra a la dinámica de su actividad, reavivando el interés de los sevillanos por acercarse nuevamente al templo metropolitano.
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