El parqué
Álvaro Romero
Ascensos moderados
Criticar que el Rey confraternizase con los que habían insultado a Sánchez es una infamia más de las muchas que se cuecen en ese nido de víboras en que han convertido a la Moncloa. El Rey le ha dado sopas con honda al resto de los administradores de este pobre país aún llamado España con una sobredosis de gallardía que retrata a cuantos han osado criticarla. Desde ese cáncer que es el papelón de las redes sociales hay versiones para todos los gustos y siempre o casi siempre desde el anonimato más cobarde. La imagen de los Reyes aguantando la lluvia de fango del auténtico queda para los anales y deja a la altura de ese mismo fango a cuantos osan ponerla en cuarentena. Y, además, ha contribuido a que la sensación de orfandad que sentimos desde hace un lustro se haya paliado, un poco al menos.
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