El parqué
Caídas ligeras
Arriado el telón anual del fútbol según Sevilla no puede decirse que dicho domingo hubiese sido agradable para la cosa. Y como la nota agradable que fue el homenaje del Bernabéu a Navas en su adiós definitivo encierra un fondo ciertamente desagradable, pues para qué recordar con agrado el domingo de la Lotería de 2024. ¿O es que no es sumamente triste que un futbolista de esa categoría se vaya de los campos?
Todo empezó con la alfombra roja que el portero del Sevilla le tendió a Mbappé cuando sólo iban diez minutos de partido. Una alfombra que luego puso ante los pies de Valverde diez minutos después. Dos zambombazos, sí, pero que pasaron cerca de su cabeza. Fueron el salvoconducto para que el Madrid lapidase una vez más a este Sevilla tan aprensivo al vértigo que da la altura. O sea que la tarde del adiós de la gran leyenda fue una repetición de lo habitual.
Como hecho repetitivo fue lo ocurrido en esa noche al final de la Palmera, pues la imagen del Betis no movió a sorpresa alguna. En la noche de la primera alianza de jugones, resulta que el defecto fue el de siempre, el da una falta de gol que linda con el drama. Sólo de penalti fue el Betis capaz de batir a ese buen portero que es el argentino Batalla. No se sabe qué necesita el equipo para hacer gol y cuando entraron Juanmi y Bakambu se dictó la inexorable sentencia de la inocuidad.
Ha dicho Pellegrini que fichar es una cosa y reforzar otra, por lo que cabe esperar que la ventana invernal no se dilapide una vez más. Se trata de adquirir futbolistas que a su calidad se una la indispensable cualidad de no ser vieja gloria o que el sustituto de Miranda sea mejor que Miranda. El partido con el Rayo de Isi Palazón fue la confirmación de que la falta de gol es una rémora que acucia a este Betis. Y es que entre alfombras rojas y poca puntería, el domingo se fue de rositas.
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