Alameda no es Alameda, decía el Pali

27 de agosto 2024 - 03:08

Alameda no es la Alameda, es un puro desierto. Así, más o menos, denunciaba El Pali a la Alameda de Hércules, emblemático lugar donde iban de la mano ingredientes para un guiso que remataba en fiesta, en flamenco, en toreo o en guasa con aparición de metales y prostitución. De aquello sólo queda una prostitución testimonial, nada que ver con lo de una oferta a granel de carne de todo tipo. Pero la Alameda de hogaño tampoco es para tirar cohetes. Es antiestética, con un pavimento irregularmente deleznable, un mobiliario urbano digno de plaza de pueblo con monumentos amontonados y un reloj ridículo. O sea que no, que la Alameda no termina de reencontrarse y también es lugar de cita para lo mejor de cada casa. En su última remodelación se perdió la ocasión de llevarle la contraria al Pali.

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