Manuel Campo Vidal

Toda España juega en la lotería catalana

La rifa no sólo afecta a los ciudadanos de Cataluña, sino a los españoles en su conjunto

04 de diciembre 2017 - 02:42

Un día antes de la rifa del Gordo de Navidad se juega la Lotería Catalana. La lotería política, no la rifa autonómica. Todos han comprado números para presidir la Generalitat de Cataluña pero especialmente Inés Arrimadas, Oriol Junqueras y Miquel Iceta, aunque Carles Puigdemont, con menos papeletas, crea que el trono le corresponde. Como la anterior Presidencia se la regalaron los anticapitalistas de la CUP al rechazar a Artur Mas, quizás entienda que siempre le va a llegar sobrevenida.

Lo trascendental de esta rifa electoral es que no sólo afecta a los ciudadanos de Cataluña, que pueden dar un vuelco a su vida cotidiana tan alterada en los últimos meses, sino que afecta de lleno a la política española. Si se confirma que la participación puede superar excepcionalmente la cota del 84%, podríamos encontrar a Inés Arrimadas o a Miquel Iceta al frente de la Generalitat. O un gobierno de coalición entre ambos con la posibilidad de repartir los puestos de president y conseller en cap, o sea, primer ministro. Sería un vuelco histórico. Si el bloque independentista termina ganando en escaños, aunque no en votos, difícil será que el president no pertenezca, por primera vez desde la Segunda República, a Esquerra Republicana.

El papelón lo tiene sobre todo la candidatura de Xavier Domenech (Ada Colau y Pablo Iglesias) porque con muy alta probabilidad, según anuncian las encuestas, deberá decidir si entrega la Presidencia, bien votando o absteniéndose, a independentistas o a constitucionalistas. Ante los movimientos de los últimos meses -e incluso de los últimos días con el recurso contra la aplicación del articulo 155 ante el Tribunal Constitucional- es probable que el bloque independentista sea el agraciado. Si así fuera, que se ajuste el cinturón de seguridad Podemos en el resto de España donde ya la crisis catalana viene erosionando el liderazgo de Pablo Iglesias.

El otro desafío crítico que puede plantearse, según cómo vayan los resultados electorales, impactaría de lleno en la estabilidad del PSOE: aunque es cierto que en las encuestas la candidatura de Miquel Iceta sube, es muy difícil que supere a los diputados previstos para Inés Arrimadas.

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ya deslizó que el PSC no apoyaría a Ciudadanos. ¿Facilitarían los socialistas un gobierno de mayoría independentista con tal de no votar a Inés Arrimadas? En ese supuesto no habría que esperar a las elecciones generales, como en el caso de Podemos, para conocer la reacción de los votantes: antes algunas organizaciones del PSOE, con Susana Díaz a la cabeza, plantearían una grave crisis a la nueva dirección.

Si los diputados de Ciudadanos valen para que los socialistas gobiernen en Andalucía o en Asturias, difícil explicar que los diputados socialistas no permitan que la candidata de Ciudadanos presidan la Generalitat.

Por tanto, cómo se ve, en la lotería política catalana se la juegan todos: no sólo los candidatos del 21 de diciembre sino también sus correligionarios en España. El único que está tranquilo es Mariano Rajoy. Atraviesa su partido y él mismo las peores semanas en relación a investigaciones judiciales sobre corrupción, y aquí todos hablando de la última ocurrencia de Puigdemont, de "viaje de estudios" en Bruselas, como dice Iceta. La última, sin desperdicio: proponer un referéndum en Cataluña sobre la permanencia en la Unión Europea. Algunos allegados se inquietaron sobre su estabilidad para lanzar semejante propuesta, cuando catalanismo significaba europeísmo .

Menos de veinte días para la rifa catalana. Tiempo suficiente para excarcelaciones, campaña, debates, numeritos de Puigdemont y quizás para ver lo nunca visto: los muñecos con carteles del PSC, Ciudadanos y PP colgados de un puente en una autopista catalana son un mensaje macabro que informa de la descomposición del frente independentista que se hacía llamar la "revolución de las sonrisas". El artículo de un colaborador de TV-3 que quiere rebanar la papada del ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, para comérsela, expresa el fracaso penosamente. Atentos a lo que viene antes del día de la lotería.

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