Carmen Pérez

Subidón del Euríbor

Tribuna Económica

08 de abril 2022 - 02:08

A lo largo de su historia, el Euríbor a doce meses -el más utilizado como referencia- ha ido marcando diferentes valores. Desde que empezó su cotización, en enero de 1999, y durante diecisiete años, se fue moviendo siempre en terreno positivo (marcando un máximo absoluto del 5,39% en julio de 2008). Sin embargo, el 5 de febrero de 2016 se produjo un hecho sorprendente: pasó a cotizar por debajo del 0%. Y así sigue desde entonces. Que el precio del dinero sea negativo no puede sino calificarse de anormalidad, de irregularidad, de rareza. Pero dice el refrán que "a todo se acostumbra uno menos a no comer" y eso nos ha pasado con el Euríbor: estamos completamente adaptados a esta aberración financiera. Ahora toca desacostumbrarse.

Seis años llevamos de valores negativos. En los dos últimos, en torno al -0,5%. Esto ha supuesto que muchos endeudados no hayan pagado intereses por sus deudas, o que incluso hayan cobrado por ellas. Hace tres meses la tendencia cambió. El 15 de diciembre de 2021 emprendió una escalada y ha pasado del -0,508% que marcó ese día hasta el -0,063% del 6 de abril. Lo que le pase a este indicador es de la máxima trascendencia porque el valor de los instrumentos y los contratos financieros que lo utilizan como referencia en la Eurozona superan los 500.000 millones de euros, y de ellos una parte muy importante son hipotecas.

Para las familias supondrá un aumento de las cuotas mensuales. Por hacernos una idea, para una hipoteca de 150.000 euros, a 25 años, firmada a Euríbor+ 1%, la revisión anual de marzo ya ha supuesto un encarecimiento unos 18 euros en la cuota, más de 200 euros anual. Similares cuentas pueden hacer las empresas que estén endeudadas a tipo variable, que verán cómo se resienten sus cuentas de resultados. De momento, la subida, aun siendo muy fuerte, no provoca efectos demasiado importantes porque partíamos de niveles muy bajos.

La incógnita es hasta cuándo y hasta qué nivel seguirá esta escalada. Caixabank Research, por ejemplo, sitúa al Euríbor a 12 meses en terreno positivo este año, concretamente en el 0,13%. Bankinter estima que cerrará el año en el 0,40%. Para 2023, las dos entidades anteriores señalan niveles de 0,85% y 0,80% respectivamente. Por su parte, la Asociación de Usuarios Financieros, Asufin, asegura que podría cerrar el próximo año en el 0,90%.

Pero la incertidumbre es enorme. La clave de la evolución del Euríbor estará en buena medida en el comportamiento que tenga la inflación, que ya era elevada antes de que estallara el conflicto bélico, y que con éste se ha vuelto galopante. Todo apunta a que el BCE -siendo su mandato controlarla- tendrá que subir los tipos de interés oficiales este mismo año. Pero si confiamos en sus últimas previsiones (las de marzo) para el IPC en los próximos años -5,1% en 2022, del 2,1% en 2023 y del 1,9% en 2024- y que las proyecciones de crecimiento en la eurozona no dejan de revisarse significativamente a la baja, el BCE se contendrá todo lo que pueda. Es posible que las subidas del Euríbor este año sean mayores de las anteriormente pronosticadas pero que, sin embargo, aunque sin volver al terreno negativo, el año que viene vuelva a replegarse.

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