La ventana
Luis Carlos Peris
Realidad tras unos sueños infundados
EL 9 de noviembre de 2001 se suscribió el convenio entre la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla y el Arzobispado de nuestra ciudad por el que aquel recibió parte del denominado Convento de Santa Clara. Convenio que venía a ampliar y perfeccionar otro anterior, de 28 de diciembre de 1998. El Arzobispado, por su parte, recibió la propiedad del solar del antiguo Cine Ideal, de 2.213 m2 de extensión y con una edificabilidad de 4.798 m2, donde actualmente se levanta la Casa Sacerdotal, así como la cantidad de 349.025.095 pesetas. (2.097.632,64 euros), para costear las obras de rehabilitación del Palacio Arzobispal. En su cláusula sexta el Ayuntamiento “se compromete a llevar a cabo la rehabilitación de la totalidad del Monasterio de Santa Clara”. Bien, han pasado más de 20 años y el compromiso con la Diócesis parece haberse satisfecho cumplidamente con las obras que ahora se ejecutan pero ¿y el compromiso con el patrimonio histórico y monumental de la ciudad que nuestro Ayuntamiento contrajo cuando adquirió el convento para salvarlo de la ruina? Porque en ruina estaba entonces y en ruina permanecen hoy más de la mitad de sus edificaciones. Hagamos un somero repaso a los siete espacios diferentes que aún están a la espera de rehabilitación.
Empecemos por la parte del convento que algunos no consideran ni como parte de él (por ejemplo los redactores del Plan Director del Patrimonio Histórico Municipal): la nave del antiguo Conservatorio de la calle Becas que no es sino la mitad de los dormitorios conventuales del XVI, brutalmente cortados y separados de los originales hace más de un siglo, y que hoy solo podemos conocer en algo menos de su mitad. Aunque la parte segregada conserva íntegros los artesonados con sus canes antropomórficos en buen estado, la cubierta original de tejas, fue sustituida por una muy insalubre de fibrocemento que sería urgente desmontar, así como recuperar la integridad espacial y constructiva de los dormitorios históricos. Son 1.475 m2 sobre los que el Ayuntamiento no tiene previsto ni intervenir ni incorporar en los próximos años e, incluso existe el peligro de que aquí se instale alguna dependencia administrativa ajena al uso cultural del convento.
Otro espacio pendiente de rehabilitar es todo el costado norte del claustro que incluye la primitiva iglesia, compuesta por la Sala de Profundis, con sus interesantísimas pinturas del siglo XIV, y la nave adjunta presidida por la imponente pintura mural de San Cristóbal y el enterramiento, en escultura de busto redondo, del obispo de Silves, de 1349. Sobre esta zona se encuentra una estancia con interesantes yeserías de ataurique, vestigios de la edificación almohade anterior, que es preciso recuperar, mientras que toda esta galería espera, también, la rehabilitación y restauración de sus pinturas murales. Para esta zona (560 m2) tampoco está prevista su rehabilitación integral sino, solamente, la realización de un máster sobre restauración de las pinturas del XIV. Pero ¿no sería mejor encargar directamente su restauración al Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico?
De máximo interés es recuperar el espacio principal del Palacio de don Fadrique, situado en el costado occidental del claustro, en torno a la antigua celda prioral. El palacio se organizaba alrededor de un patio casi en el mismo emplazamiento que el actual, presidido por un salón-torre, de unos 12 metros de altura, con ventanas cuadrilobuladas, ahora cegadas, en cada una de sus caras. En la fotografía se observa como sobresale de los tejados conventuales, así como el gran arco, con alfiz, de acceso. Esta zona (unos 367 m2) se encuentra en pésimo estado, con la galería apuntalada por algunas vigas fracturadas. Tampoco está prevista su restauración integral y puesta en uso, salvo una limitada (78.663 euros) actuación de urgencia sobre esas vigas.
Junto a la intervención en estos tres espacios, cuya rehabilitación considero prioritaria e inaplazable, debiera incluirse también la del compás, con sus edificaciones, (1.016 m2) y, en especial, su puerta reglar para así recuperar el acceso histórico. Las tres restantes zonas necesitadas de rehabilitación presentan diferentes características: el antiguo Noviciado, al SO, aunque con edificaciones modestas (1.067 m2), tiene un gran potencial arqueológico, como demuestra la gran alberca almohade descubierta; también son modestas las construcciones del inmediato sector SE, el de la cocina (184 m2) donde recientemente se han producido unos derrumbes de cubiertas y amenazan producirse otros, lo que está obligando a una intervención de urgencia de 290.000 euros.
La última zona pendiente de rehabilitar es la más reciente (siglo XIX, 436 m2): el bloque de apartamentos levantado para albergar la comunidad durante la Desamortización.
Todas estas superficies sin rehabilitar suman 5.105 m2 lo que supone más de la mitad (55,55%) de la superficie total del convento de propiedad municipal. Tras más de 20 años en esta situación y, ante el avance inexorable de la ruina es exigible plantear una estrategia decidida de intervención, estableciendo sectores, plazos y compromisos económicos. El presupuesto municipal aprobado para 2022 no ha incluido la recuperación de ninguno de estos espacios. El Plan Director del Patrimonio Histórico Municipal podría haber subsanado este olvido programando algunas intervenciones u otras áreas, pero se ha limitado a recoger en la anualidad de 2021 las dos actuaciones de urgencias citadas, mientras que, para el ejercicio de 2022 sólo propuso la restauración de la estrecha portada a la calle Santa Clara y la rehabilitación de las pequeñas viviendas de portero y capellán (apenas 260 m2) y ya hemos visto como esta propuesta no se ha recogido en el Presupuesto Municipal.
Tampoco propone intervenir en ninguna zona del convento ni reserva presupuesto alguno para la anualidad de 2023, último ejercicio de la presente corporación. Habría que esperar, pues, a una nueva corporación que, a partir de 2024, mostrase el interés preciso para recuperar en su integridad este importante fragmento de la historia y el patrimonio de Sevilla, pero ¿ante su ruina creciente podrá nuestro monumento resistir estas nuevas demoras?
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