La ventana
Luis Carlos Peris
La Navidad como pata de un trípode
Nunca lo han visto los suyos tan afectado, tan silenciosamente afectado. Lleva la preocupación en el rostro y no puede disimularla. En su círculo no se menciona el caso Begoña, ni se ha mencionado informalmente en las pausas de los consejos de Ministros en las que se toma un café o un pincho, ni por supuesto se ha pronunciado palabra en ninguna de las reuniones del Gobierno. Por razones obvias, nadie quiere provocar una situación incómoda al presidente, y además no se trata de una reunión de miembros del PSOE y sólo del PSOE, allí se encuentran ministros de Sumar y las relaciones entre los dos partidos no atraviesan el mejor momento. Se toleran porque es la manera de mantenerse en La Moncloa, pero las comunicaciones entre ellos no van más allá de lo estrictamente necesario. Ni hay confianza, ni confidencias.
"Es la peor situación que vive Sánchez como presidente del Gobierno" y "Me consta que los ministros evitan hablar de ese asunto tan espinoso, lo que no sé es si se trata de actuar con prudencia, porque son conscientes de cómo preocupa a Sánchez, cómo le duele, o han recibido instrucciones precisas", confiesa alguien que se mueve en los círculos de poder. Es el mismo que confiesa también que le sorprende que, abiertamente, se vete a determinados medios de comunicación para acudir a actos que antes estaban abiertos a quienes cuentan con cierta proyección. Hoy, varios periódicos nacionales son apartados, mientras medios digitales de escasa relevancia pero ideológicamente afines de Sánchez y que lo defienden sin fisuras, no sólo consiguen que el moderador de turno les dé la palabra en las comparecencias del presidente, sino que se les abren las puertas para acudir a todos los actos de su programa y se les acredita para subir en Torrejón al avión presidencial.
En la reciente gira por Oriente Próximo se ha cuidado que entre los invitados a compartir avión con Sánchez no hubiera ningún periodista crítico ni perteneciente a un medio crítico. Hace tiempo que en las ruedas de prensa el moderador de la Secretaría de Estado de Comunicación apenas da la palabra a alguien ajeno a los medios afines al PSOE y a Sánchez, pero esa situación se ha agudizado en los últimos tiempos. De hecho, en esa gira como emisoras sólo fueron invitados la Cadena Ser y Radio Nacional, ni COPE ni Onda Cero.
En la rueda de prensa del pasado martes tras la reunión del Consejo se dio la palabra a Onda Cero, y el periodista preguntó por el asunto Begoña Gómez y la ministra portavoz aseguró que el comportamiento de la mujer del presidente había sido impecable. En honor de Pilar Alegría hay que señalar que tanto al responder como después de la rueda de prensa, el trato con el periodista fue exquisito, incluso le agradeció el tono con el que había hecho una pregunta. Pero no hay más que ver la reacción generalizada de los ministros y personal de La Moncloa cuando se intenta tener información sobre las famosas cartas de Begoña Gómez en las que recomienda al Ejecutivo a dos empresas que se presentan a varios concursos de contratación. Y que se hacen con el contrato. Empresas que patrocinan los másters que dirige en la Complutense y el Instituto de Empresa.
Begoña Gómez y Pedro Sánchez se casaron en 2006 y tienen dos hijas. El currículum profesional de la mujer del presidente es difícil de desentrañar a pesar de que en los últimos años varios medios han tratado de confirmar las titulaciones que supuestamente tiene, una licenciatura en marketing y dos másters. Sí cuenta con una licenciatura de una universidad privada no homologada, pero la propia La Moncloa ha sido siempre muy cauta a la hora de responder sobre los estudios y trabajos previos de Gómez antes de que su marido fuera elegido presidente de Gobierno.
Se la considera experta en marketing y captación de fondos para ONG, ha colaborado con varias de ellas, y actualmente codirige un máster en la Universidad Complutense sobe Transformación Social Competitiva. Dirige también Africa Center, un departamento del Instituto de Empresa, que es precisamente donde se han producido las noticias que han hecho saltar las alarmas sobre su papel para recomendar al Ejecutivo a empresas que estaban vinculadas al Africa Center a través de un patrocinio económico.
Los dos nombres que han saltado a la opinión pública a través de informaciones periodísticas, fundamentalmente El Confidencial, han sido los de Javier Hidalgo, alto cargo y propietario de Globalia y Air Europa, creados por su padre, y Carlos Barrabés, consultor y propietario de varios empresas. Hidalgo es uno de los patrocinadores de Africa Center y consiguió que Air Europa fuera rescatada por el Gobierno cuando varias empresas afectadas por el Covid pidieron ayuda para superar la crisis a través de los fondos europeos.
En cuanto a Carlos Barrabés, vinculado también con los trabajos de Begoña Díaz en la Complutense y el Instituto de Empresa, logró para la UTE de la que formaba parte importantes ayudas del Gobierno por un valor superior a los 15 millones de euros. El problema para Sánchez es que en ese caso ya no se podía decir que su mujer fuera ajena a esos contratos y ayudas del Ejecutivo. En El Confidencial se han publicado dos cartas firmadas por Begoña Gómez en las que, en las dos ocasiones, expresaba al Gobierno su apoyo y confianza en las empresas de Barrabés. Una de las personas que formaban parte del comité adjudicatorio de las ayudas, ha filtrado que la empresa de Barrabés no fue la que consiguió la mayor puntuación entre las aspirantes a los contratos, pero sí consiguió una puntuación muy superior a las demás en lo que se califica como "fase subjetiva". En tres días la UTE de Barrabés, alma máter del máster que dirige Begoña Gómez en la Complutense, consiguió contratos del Gobierno por valor de 10,2 millones de euros.
La reacción del Gobierno ante las informaciones que cuestionaban el comportamiento de Begoña Gómez no se hizo esperar.
Los ataques a Isabel Díaz Ayuso por el presunto delito fiscal de su pareja fueron tan exacerbados que Alberto González presentó una denuncia a la Fiscalía. Por revelación de sus datos privados, que es delito, y por la gravedad de las consecuencias personales y políticas que tenían para la presidenta madrileña, a la que no se investiga fiscalmente ni tiene ninguna relación con los problemas fiscales de su pareja aunque conviva con Alberto González en el piso propiedad de su novio.
Por otra parte, el digital Infolibre publicó una noticia, del que se hicieron eco la mayoría de los medios, en la que acusaban a la mujer de Feijóo de que la empresa en la que trabajaba, Sargadelos, había recibido subvención de la Xunta cuando Feijóo era presidente. La noticia se reveló falsa, habían confundido la empresa Sargadelos con la Fundación Sargadelos. El propio periódico publicó una nota de disculpas. Pero el trabajo del "ventilador" con la búsqueda de posibles ayudas de la Xunta a familiares de Feijóo: el periódico Público recoge que el hermano de Eva Cárdenas, mujer de Feijóo, ha recibido millones de euros de la Xunta. Sí, los ha recibido, pero el resto de los medios apenas se han hecho eco de la noticia: la convocatoria fue pública, se publicaron los resultados sobre los diferentes contratos concedidos a la empresa de Ignacio Cárdenas, propiedad de la multinacional Konecta, una de las más conocidas en España en el sector del telemarketing con más de 130.000 trabajadores.
Pedro Sánchez atraviesa mal momento personal y político. En el personal, las informaciones sobre Begoña Gómez y sus presuntas iniciativas para influir en contratos del Gobierno lo tienen conmocionado. En lo político, con tres elecciones sucesivas en las próximas semanas, le preocupan seriamente. Porque su partido no se encuentra en la mejor de las condiciones... y por el temor de que las actividades de Begoña Gómez influyan en el voto.
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