Salud sin fronteras
La IA y la humanización
La llegada del verano conlleva un cambio de hábitos que pueden tener efectos negativos en nuestros ojos. La radiación solar, el contacto con el agua, la arena, el calor o el aire acondicionado son algunos de los factores que pueden poner en jaque nuestra salud ocular.
El sol es el principal enemigo de nuestros ojos en esta época y puede ocasionarnos un gran número de afecciones si no tenemos cuidado, pero el pasar tanto tiempo en el mar o en la piscina, o exponernos durante largos periodos frente al aire acondicionado, también puede generarnos algunos problemas en la salud.
El Dr. Álvaro Fernández-Vega González, de la unidad de retina y vítreo del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega me comenta que "la gente está principalmente concienciada con proteger su piel en la época estival, pero nos hemos encontrado que el cuidado de los ojos es todavía una asignatura pendiente".
Es muy importante mencionar que en verano la radiación solar aumenta exponencialmente y no solo es importante protegerse en días soleados, sino también en aquellos nubosos, ya que las nubes dejan pasar el 90 por ciento de la radiación ultravioleta. Existen tres escenarios en los que hay que ser precavido: el primero, bajo el sol. Algunos de los principales problemas que puede causar la exposición a los rayos UV en los ojos son la queratitis actínica, las degeneraciones conjuntivales, y los rayos UV, que pueden llegar a producir afecciones en la retina o incluso acelerar la aparición de cataratas.
Las playas y piscinas son el segundo. Hay que tener cuidado con el contacto del cloro en los ojos, ya que un exceso puede irritar y resultar perjudicial. Una de las alteraciones más común es la conjuntivitis. El Dr. Ángel Salinas, especialista de Oftalmología de la Clínica Universidad de Navarra explica que es una infección que provoca ojo rojo y un aumento de secreción, ya que "hay gérmenes especialmente resistentes a los agentes químicos como el cloro que pueden encontrarse en el agua de las piscinas y que son capaces de producir la infección tras el baño. Además, en las piscinas también se pueden encontrar otras bacterias como la Acanthamoeba, que puede producir queratitis graves.
Por su parte, el Dr. Fernández-Vega González recomienda proteger los ojos con gafas de bucear y reducir el uso de lentillas. Y por último el aire acondicionado. Los ojos se ven afectados, ya que el aire frio reseca más que el aire caliente, para ello la mejor solución "es el uso de lágrimas artificiales, que ayudarán a hidratar la superficie ocular y a disminuir la concentración de alérgenos y partículas", asegura el doctor Fernández-Vega.
Así, recomienda que "antes de los viajes por carretera, se debe revisar la vista. Podemos aplicar estos consejos tanto en verano como en el resto del año. Si los complementamos con unos hábitos de vida saludables como evitar la exposición al humo del tabaco, mantenerse hidratado o llevar una correcta alimentación y dieta equilibrada, estaremos dando la mejor protección a nuestros ojos". Es lo que hay. Seguro.
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