La ventana
Luis Carlos Peris
Abundando en el cambio horario
Carta al director
En su edición del pasado 8 de agosto, publicó un incalificable artículo del ex presidente de Extremadura Juan Carlos Rodríguez Ibarra titulado "¿Por qué no dimiten?" en el que el autor del texto alude a un infundio que se ha propalado en diversas versiones y que me cita como posible muñidor de un soborno supuestamente pagado por el consorcio que construyó el AVE La Meca-Medina y que, según el aberrante relato que circula, se habría entregado al jefe del Estado español en 2008, es decir tres años antes de que el proyecto fuera adjudicado a un consorcio español, en dura pugna con otro francés. Recuerdo perfectamente que, cuando se acercó el momento adecuado, tanto don Juan Carlos I como el presidente francés Sarkozy abogaron limpiamente por los proyectos respectivos. Y afortunadamente para España, don Juan Carlos fue más convincente.
Pues bien: en el artículo referido se dice textualmente lo siguiente:
Según Corinna Larsen, en sus conversaciones con el comisario Villarejo y con Juan Villalonga, dice que le dijo al rey Juan Carlos I:
-"Vas a recibir comisiones de las empresas españolas que han logrado el contrato del tren y a ti te paga el Gobierno español para representar la industria española. No puedes recibir este dinero. Se enfadó mucho conmigo".
Y fue cuando el entonces Rey tuvo una de sus acostumbradas salidas recurrentes:
"Aaah, ¡Eres tan alemana!".
Juan Villalonga le pregunta a Corinna: "¿Y cómo le ha llegado el dinero al Rey?".
-Corinna: "Yo creo..."
-Juan Villalonga: "¿Por Villar Mir?"
-Corinna: "Sí".
La cita es más larga, pero no creo necesario dar más vuelo a este disparate. Puedo asegurar, y lo hago tajantemente, que estas afirmaciones son delirantes embustes, mentiras abyectas de principio a fin, que probablemente formen parte de la campaña de desprestigio que está en marcha contra la Corona en general y contra don Juan Carlos en particular. Y que son completamente falsas pues, aunque OHL, una sociedad que yo presidía en aquella época, fue efectivamente parte de aquel consorcio español, con una participación de poco más del 6%, la verdad es que ni yo estuve en la gestión de aquel proyecto, ni lo presidí jamás y ni siquiera fui miembro del consorcio, ni por lo que yo sé el consorcio pagó cohecho alguno, ni conozco de nada ni he visto en mi vida a esta señora Corinna, que aparece últimamente en los medios vinculada a un policía corrupto que se encuentra desde hace tiempo en prisión, ni mi relación personal con don Juan Carlos pasó de ser la que correspondía, el encuentro correcto de un jefe del jefe del Estado con un ciudadano honrado y trabajador. En ningún momento de mi larga vida profesional he recurrido a medios torcidos o delictivos para lograr adjudicaciones o ventajas, y puedo alardear de ello con la cabeza muy alta, por lo que estoy en disposición de retar a quien asegure otra cosa, con la exigencia de que salga a demostrarlo.
Emplazo por tanto al sr. Rodríguez Ibarra a que se retracte, ya que si no lo hace me veré obligado a presentar contra él una querella por injurias, lo que desearía evitar. Dada, pues, la completa falsedad de la imputación, y valiéndome del Derecho de Rectificación que me otorga la ley orgánica 2/1984 de 26 de marzo, le agradeceré que tenga la amabilidad de publicar esta carta en lugar visible y preferente del para que pueda contrarrestar siquiera en parte el daño causado. En caso contrario, mis abogados actuarían también como creyeran conveniente para defender mi honor, mancillado por esta insidia.
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