Los usos inapropiados del Alcázar de Sevilla
Renta básica universal sí o no
Tribuna Económica
El pasado lunes, el catedrático de la Universidad de Sevilla, Juan Torres, presentó su último libro. En él aborda la Renta Básica (Deusto, 2019), un tema controvertido, que rápidamente despierta posicionamientos a favor o en contra en intelectuales, políticos y en la población en general, pero que los adoptan en numerosas ocasiones sin suficiente fundamento. A muchos les sorprendería saber que es defendida desde posiciones totalmente liberales y no sólo desde la izquierda: depende de cómo se plantee. Y como bien dice el autor en su primer capítulo es una propuesta que hay que conocer a fondo aunque en principio no se esté a favor de ella.
Existen versiones de Renta Básica para todos los gustos, en función de las características que se establezcan: ¿qué población tendría derecho a recibirla?, ¿por individuo o por hogar completo?, ¿con condiciones -de recursos o de comportamientos- o sin ellas? , ¿para todos por igual o modulada?, ¿temporal o perpetua?, ¿cómo se instrumentaría?, ¿eliminaría todas o parte de las prestaciones sociales que ya existen?, ¿seguiría existiendo la sanidad y la educación pública? Y el aspecto fundamental: ¿de dónde se sacarían los recursos para afrontarla?
En el libro se constata esa variedad -teóricas- a través de un recorrido histórico, desde las primeras formulaciones en la Grecia clásica hasta las últimas propuestas. Entre ellas, se destaca la que propuso el Colectivo Charles Fourier (Bélgica, 1984) por ser la primera de carácter universal, y que conllevaba la supresión de subsidios de todo tipo. También se señala la más radical, la de Charles Murray (2006) para el que la renta básica universal sería "un plan para reemplazar el Estado del Bienestar". En la práctica, en poquísimos lugares está implantada. En dos, Alaska e Irán, está respaldada con sus pozos petrolíferos.
Pero a falta de un maná, hay que buscar qué fuente de financiación la sostendría. Los cálculos, (Arcaronons, Raventós y Torrens) para España de una renta de 7.451 euros anuales para todos los adultos y de un 20% de esta cantidad para los menores de 18 años arrojan un coste bruto de 280.092 millones de euros. Y por mucho que se apliquen reducciones a esta cifra, en todo caso, implicaría necesariamente que un colectivo importante tiene que estar trabajando y produciendo para poder financiar que la reciban otros.
El repaso de las ventajas e inconvenientes de una renta básica universal que se desarrolla en este libro, recogiendo los muchos argumentos y contraargumentos de partidarios y adversarios, constituye un riguroso esfuerzo para sentar las bases sobre el que desarrollar el debate. Particularmente, tras su lectura, me posiciono en contra porque considero que atenta a los principios de libertad y justicia. Además, en todo caso, sería inviable financieramente si se plantea de forma añadida a las políticas sociales actualmente establecidas, y totalmente rechazable si se plantea como alternativa. Un eficiente Estado del Bienestar y políticas económicas eficaces que fomenten el empleo y la igualdad de oportunidades para acceder a ellos son las mejores armas para luchar contra la desigualdad y la mejor manera de prevenir la pobreza.
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