Los usos inapropiados del Alcázar de Sevilla
Relato, realidad y credibilidad política
Tribuna Económica
La coherencia entre el relato y la realidad es fuente de credibilidad. Sobre la credibilidad se construye la confianza. Pedro Sánchez, y Christine Lagarde, presidenta del BCE, han tenido dos experiencias adversas de relato, realidad y credibilidad. Pedro Sánchez ha presentado los Presupuestos del Estado como los de la recuperación justa, inclusiva y próspera, afirmando que son realistas y alcanzables. Posteriormente la realidad de los hechos ha denunciado su exceso de optimismo. La revisión del INE de la evolución del PIB en el segundo trimestre, reduciéndolo desde el 2,8% al 1,1%, puso en evidencia que el cuadro macroeconómico sobre el que se sustentan los ingresos presupuestarios, crecimiento del 6,5% en 2021 y del 7% en 2022, es una utopía, y también los ingresos tributarios esperados. Lo correcto hubiera sido rectificar las previsiones macroeconómicas y el presupuesto de gastos e ingresos para 202. Pero no se hizo. Se mantuvo el relato de una recuperación próspera e inclusiva. Posteriormente todos los organismos y analistas han modificado a la baja sus previsiones, situándolas entre un 30% y un 40% por debajo de las del Gobierno. El Banco de España ha anunciado una reducción significativa de sus previsiones, que ya eran inferiores a las del Gobierno.
Los datos publicados por el INE agravan el previsible desfase entre las previsiones del Gobierno y la realidad. A pesar de la afirmación de la vicepresidenta Nadia Calviño de que en los dos últimos trimestres se intensificaría el crecimiento, la realidad ha sido que el PIB ha crecido un escaso 2%, por debajo del 2,9 esperado. Lo más preocupante ha sido que el principal motor de la recuperación, el consumo de las familias , ha pasado de crecer un 4,7% en el segundo trimestre a decrecer un 0,5% en el tercero. La escalada de la inflación hasta el 5,5% ha hundido el consumo de las familias y el margen de las empresas. Lo más inquietante es que la inflación de costes persistirá en los próximos trimestres. Si añadimos el retraso de los fondos Next Generation y la indefinición y demora de las reformas estructurales, podemos concluir que el crecimiento del PIB en 2021 difícilmente superará el 5%, quedando a una distancia del 6% del nivel alcanzado en 2019.La recuperación se retrasará hasta finales de 2022 o inicio del 2023. La conclusión es que los presupuestos generales son inalcanzables y generarán un mayor déficit público estructural, una mayor deuda y una pérdida de credibilidad y de confianza en el Gobierno .
El Banco Central Europeo también se enfrenta a una pérdida de credibilidad. El anuncio de que la inflación europea será breve y transitoria no es creíble para los mercados financieros. La inflación está siendo más intensa y perdurable de lo esperado por el BCE, que sigue insistiendo en su brevedad y transitoriedad, negándose a alterar su estrategia de política monetaria súper expansiva .Es cierto que una de las funciones básicas del BCE es anclar las expectativas de inflación, persuadiendo a los agentes económicos de su poder de control sobre los precios-.Pero cuando los hechos, persistentemente, se desvían de su previsión se arriesga a una pérdida de credibilidad que acaba erosionando la eficiencia y eficacia de sus futuras decisiones.
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