La ventana
Luis Carlos Peris
Perdidos por la ruta de los belenes
La sequía, como la vida, es cíclica y reaparece cada cierto tiempo para recordarnos nuestra fragilidad ante la naturaleza. El problema es que esas apariciones cada vez son más cortas y sus efectos más devastadores, para una sociedad en la que el consumo, invita a la producción y esta a su vez al desperdicio.
Nueva actualización de la situación de los embalses y nueva pérdida de reservas hídricas en casi todo el país. Especialmente preocupante es el estado de las cuencas en el sur de España. En Andalucía y Extremadura el campo mira con preocupación los datos y al cielo a partes iguales.
Las reservas de agua en Andalucía están ya por debajo del 30 % de su capacidad, más de un 12 % del agua que se tenía hace un año
A los urbanitas la sequía no nos toca de cerca, todavía... El suministro está 'garantizado', aunque no llueva, pero ya se oyen las primeras voces que llaman a la prudencia también en el consumo doméstico.
La Comisión de Desembalses de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), de la que estaban pendientes las siembras de primavera, ha concluido que el agua para el regadío del Guadalquivir se reducirá al mínimo si no llueve en los próximos 15 días: un 80 % menos que un año normal.
Para agricultores y ganaderos, el horror. El escenario que se dibuja es de restricciones en casi todas las cuencas andaluzas y los implicados ya solicitan medidas paliativas y declarar la situación de emergencia, ante las pérdidas que se van a producir, con menos hectáreas disponibles para cultivar por falta de agua.
Para los que vivimos en municipios de más de 20.000 habitantes, nos asisten los Planes de Emergencias por Situación de Sequía, en los que se establece el procedimiento que se seguirá para gestionar y amortiguar los efectos de la escasez así como las medidas que se podrían ir tomando en caso de que la situación siga empeorando. Pero la situación puede empeorar y entonces vendrán, la falta de presión y los cortes. Esperemos no llegar.
En este punto, cuando truena (ojalá) es cuando nos acordamos de Santa Bárbara. Estamos en ese punto en el que toda ayuda es poca. Hasta el vicario de la Archidiócesis de Sevilla, Teodoro León, ha solicitado incluir en las celebraciones litúrgicas la rogativas para que llueva más pronto que tarde. Toda ayuda es bienvenida.
Desde la CHG se piden obras de "emergencia" para garantizar el consumo humano en varios puntos de Andalucía y uno piensa, ¿ahora? ¿No hubo tiempo para que esas obras fuesen ordinarias y no de emergencia?
Los hay como Vox, cómo no, que está aprovechando el tirón y erigiéndose en defensor del campo (al PP le dio por los ganaderos en Castilla y León…). Mientras, el Gobierno andaluz plantea mejoras en el IRPF para las actividades agrarias dada la caída de sus ingresos, que no solo es achacable a la sequía.
¿Medidas para mejorar los sistemas de riego, para fomentar los cultivos acordes con la tierra en la que se sitúan? No. Se quiere enmendar un problema endémico en esta tierra con dinero. No me des pescado, dame una caña y enséñame a pescar…
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