La ventana
Luis Carlos Peris
La Navidad como pata de un trípode
La salud es lo que importa
La quimioterapia y la radioterapia eran hasta ahora los estándares para tratar el cáncer. Existe un gran debate de cuál puede ser el mejor manejo del cáncer de próstata localizado. La cirugía y la radioterapia son dos opciones. Dentro de la radioterapia se barajan diversos conceptos, evidencias, tecnologías empleadas, preferencias de los pacientes y aspectos referentes a calidad de vida. En los últimos años se han llevado a cabo numerosos avances para encontrar la mejor estrategia local. La tecnología permite realizar novedosos tratamientos en función de acortar el número de sesiones.
Surgen estrategias novedosas para tumores con bajo potencial metastásico. Las técnicas de radioterapia de intensidad modulada en arco, de radioterapia guiada por la imagen, de radioterapia guiada en superficie o de espaciadores rectales, han permitido que estos tratamientos sean más frecuentes. Estas técnicas forman parte de la denominada Radioterapia estereotáctica corporal o ultrafraccionamiento.
En paralelo, los tratamientos con protones emergen como otra opción en este arsenal contra este tipo de tumores. Las posibles ventajas como una menor dosis integral, menor dosis a tejidos normales, u homogeneidad de las dosis con los nuevos planificadores hacen que sea una realidad. Las unidades modernas pueden aprovechar tecnologías de imagen guiada, espaciadores o radioterapia guiada en superficie para mejorar y ofrecer esta opción en práctica clínica. En adultos sus principales indicaciones son tumores cerebrales, oculares, base del cráneo, tumores de cabeza y cuello, sarcomas espinales y peritoneales y linfomas. Es decir, tumores que tienen localización compleja o que están próximos a órganos vitales. Además están en fase de investigación para cáncer de pulmón, cáncer de mama, tumores de hígado y finalmente tumores ginecológicos, próstata y vejiga.
Para pacientes con enfermedad con alto potencial metastásico regional (ganglios pélvicos) o con metástasis ganglionares confirmadas por Tomografía por Emisión de Positrones (PET), la protonterapia permitiría escalar la dosis contra el tumor y los ganglios afectos con el fin de aumentar su potencial curativo reduciendo, a su vez, el número de sesiones de las 37-40 sesiones diarias en 8 semanas, lo habitual hoy en día, a 20 sesiones diarias en 4 semanas, o sea la mitad de tiempo. Se trata de un hito importante en nuestra medicina. Carme Ares, jefa de Oncología Radioterápica del Centro de Protonterapia de Quirónsalud, explica que "hasta ahora, el sistema de Sanidad público de nuestro país ha tenido que financiar en los últimos 40 años el coste del tratamiento y hospedaje de todos los pacientes tratados con protones en el extranjero". Así, es importante que nuestro país cuente con esta tecnología de vanguardia en la lucha contra el cáncer.
El coste puede enmascarar los resultados prometedores o las ventajas en estas fases iniciales de su implementación. Solo con investigación clínica, una correcta información a los pacientes nos ayudará a ofrecer en práctica clínica los buenos resultados que se obtienen con protones. Seguro.
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