La ventana
Luis Carlos Peris
Perdidos por la ruta de los belenes
Tribuna Económica
La toma de decisiones relacionadas con la política económica conduce en todos los territorios, con el transcurso del tiempo, a una acumulación de normas que han respondido en su momento a la solución de algún problema, pero que hoy han perdido su sentido.
Una evaluación de todas las normas que conforman la política económica es necesaria para mejorar la eficiencia de la misma y la oportunidad de modificaciones y adaptaciones al tiempo presente. El objetivo fundamental de este proceso debe ser el incremento de la capacidad de crecimiento potencial tanto de la economía española como de la andaluza.
El modelo de crecimiento llevado a cabo en los dos territorios señalados ha estado orientado, fundamentalmente, por el lado de la demanda. Mayor gasto público en todas las partidas. Por el lado de la oferta, sin embargo, el enfoque se ha situado en la cantidad, no en la calidad. Muchas universidades, pero ninguna de excelencia y en posiciones destacadas en los rankings internacionales.
La anunciada bajada de impuestos en Andalucía para estimular la actividad es un arma de doble filo. Por un lado, podría frenar la huida de patrimonios fuera de Andalucía. Pero si se tocan otros impuestos se resentirían algunos servicios públicos fundamentales como la Sanidad y la Educación. La primera ha quedado negativamente afectada por la larga crisis económica.
Por su parte, la Educación necesita, sobre todo, una mejora en la calidad en, al menos, dos sentidos. En primer lugar, en la drástica reducción de la tasa de abandono escolar, en la que Andalucía se encuentra en las primeras posiciones en España. Igualmente, es necesaria una revalorización de la enseñanza, en la que los mensajes políticos orientados hacia los padres deben jugar un importante papel. Formarse mejor para conseguir un trabajo mejor remunerado.
Y en segundo lugar, mejorar la financiación pública a las universidades premiando la excelencia y una mayor orientación hacia las áreas científicas y tecnológicas, que debería representar una fuente de creación de nuevas empresas tecnológicas más elevada que la que actualmente observamos.
Estos cambios necesitan de dinero público. Y los economistas hemos demostrado que una rebaja de impuestos no se paga por sí misma, esto es, una rebaja impositiva que impulsa la actividad económica y permite aumentar la recaudación.
También desde el lado de la oferta, la mejora del funcionamiento del mercado de trabajo elevaría sustancialmente el crecimiento potencial, la creación de empleo y la reducción del déficit fiscal. En Andalucía, no tiene sentido que con la elevada tasa de paro que presenta la población extranjera siga aumentado sustancialmente. Una mayor movilidad de la mano de obra dentro de Andalucía y de España resultan esenciales para reducir la tasa de desempleo y aumentar el crecimiento potencial.
Mejorar, desde la oferta, las capacidades tecnológicas y de formación resultan fundamentales para que el modelo de crecimiento de las economías española y andaluza se apoye más en esas variables que en los bajos salarios.
Estas propuestas no van a impedir que la economía siga desacelerándose. Sin embargo, la harán más competitiva y más exportadora, mirando hacia el futuro.
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