La ventana
Luis Carlos Peris
La peña se nos va quedando sin peñistas
Tribuna Económica
Un riesgo de la pandemia es la asfixia financiera por acumulación de deuda. La caída de la renta de las familias por el aumento del paro y la reducción de los ingresos de las empresas por la caída de las ventas, hacen que la carga financiera de ambos sea insostenible. Los hogares vienen reduciendo su excesiva deuda generada en el boom inmobiliario. En los últimos años el crédito al consumo y a la compra de vivienda se estaban recuperando a un ritmo moderado, sin los excesos de la década anterior. La pandemia ha invertido esta tendencia. Las tensiones financieras vuelven a castigar a las familias, con dificultad creciente para atender la carga financiera de los préstamos personales e hipotecarios. La morosidad de los créditos al consumo se está disparando. Ante la extrema incertidumbre de la segunda ola pandémica, tanto la demanda, como la oferta de financiación se han frenado. Por el repunte de la morosidad la banca está siendo más rigurosa, restringiendo la concesión de créditos. La consecuencia es una fuerte caída del consumo y de la inversión en vivienda y un fuerte incremento del ahorro por precaución ante la incertidumbre. La caída del consumo principal motor de la economía, está poniendo en riesgo la recuperación prevista en el cuarto trimestre de 2020.
La caída de las ventas de las empresas están provocando un fuerte incremento del endeudamiento. Las líneas de financiación ICO han evitado el cierre de muchas empresas. El problema es que las moratorias empiezan a vencer a partir de este trimestre y los ingresos por ventas no se han recuperado. El Gobierno y los bancos reaccionarán aplazando vencimientos para evitar el aumento de la morosidad empresarial que dañaría la rentabilidad y solvencia de la banca, y aumentaría la deuda pública. Anticipándose la banca viene haciendo cuantiosas provisiones para futuras insolvencias. La recuperada solvencia de la banca y la relajación de la normativa de provisiones han sido suficientes para hacer frente a la primera ola. ¿Aguantará la banca la segunda ola? Todo va a depender de su duración e intensidad. La llegada de la vacuna en el primer semestre de 2021 eliminaría la incertidumbre. La banca continúa con graves problemas de rentabilidad siendo el sector más castigado de la bolsa. El deterioro podría prolongarse ya que el BCE mantendrá bajos los tipos de interés durante los dos próximos años. No repartir dividendos, las fusiones bancarias y la reducción de costes son medidas que mejoran la rentabilidad, sin resolver el problema.
Mientras tanto los ERTE y las ayudas siguen aumentando la deuda pública. El proyecto de presupuestos para 2021 aumentará la deuda. Los gastos corrientes se dispararán, y los de inversión, darán sus frutos a medio plazo, sí se invierten bien. La subida de impuestos penalizará la recuperación y dificultará el pago de la deuda. La previsible caída de los ingresos tributarios y el disparo de los gastos corrientes harán que la deuda pública supere el 120% del PIB. La eficiencia del gasto público es más importante que su cuantía para que la deuda sea sostenible. De lo contrario se esta impulsando una política de "pan para hoy y deuda insostenible para mañana".
También te puede interesar
Lo último