José Ignacio Del Rey Tirado

Luz de Martes Santo

Cuaresming

30 de marzo 2021 - 01:47

Sol , agua, nubes ¿qué más da? Estamos ausentes de nosotros mismos. Estamos, pero no estamos, miramos sin mirar, rezamos donde no pensábamos que lo haríamos… otra vez. Borgiana ausencia que nos rodea como la cuerda a la garganta, el mar al que se hunde. Como el aire que juguetea entre las ramas de los naranjos de un Cerro impaciente por ver sus Dolores, que vuelven a faltar a su cita con el azahar y la brisa. El Desamparo, que no Abandono, de sentirnos frágiles, Humildes e impotentes.

O ese sol que alumbra una ojiva imposible que sueña con acariciar de nuevo el palio de la que a todos Ampara, incluso a José Manuel Rodríguez, nazareno elegante de San Esteban, que ha cogido sitio en el palco del cielo contando a todos como sale su Cristo de la Salud y Buen Viaje por esa puerta centenaria. O la luz de tarde, luz de la Calzada huérfana por sus calles de Presentaciones, Sangre y Encarnación, latiendo hoy desde su iglesia incontenible de Fe. Nubes de calle Feria que llevan a tantas Almas que nos han dejado en este año, todas aferradas a la cruz y los clavos, como Cristos arropados por la Gracia y el Amparo de la Madre. Melancolía de adoquines de Mateos Gago, que soñaban con ser hollados por la Misericordias de Cristo, que son muchas para contener los Dolores de su madre; o sol perezoso de la tarde que no quiere ponerse porque le han dicho que por los Jardines pasa la Luminaria del Martes Santo, Salud y Candelaria viva, en el día más grande de la semana, porque en él no se pone nunca el sol.

O el hoy amargo regusto del Dulce Nombre de San Lorenzo, tras el hijo abofeteado injustamente por decir la verdad en la tarde agonizante de la Gavidia. Luz que todo hace brillar desde la Universidad. Luz morada de Contratación, donde nos van faltando demasiados hermanos ya, luz areopagita de homilía de martes eternos, sonido de rosario musitado de fondo por Don Juan mientras el río de cruces toma la calle. Luz de nuestro prioste, Cristo abrazado a su cruz tantos meses, que nos debe un montaje de pasos como Dios manda, con los niños y con la ilusión de salir renovada. Sol, agua, nubes ¿qué más da? Hoy la meteorología escoge el camino más corto para herirnos

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