La ventana
Luis Carlos Peris
Abundando en el cambio horario
Punto crítico
Son 75.097 personas en toda Andalucía las que esperan pacientemente que se apruebe alguna de sus peticiones acogidas a la Ley de Dependencia. Desde una prestación económica a la puesta en marcha de algún mecanismo que engrase la maquinaria oxidada del estado de bienestar, tomado a un nivel autonómico. Un baile de cifras que, según un reportaje publicado por este mismo medio, estuvo "maquillado" por la Junta de Andalucía durante muchos años. Al parecer, la institución se mostraba algo más tímida con respecto al cómputo de peticiones llevadas a cabo por los andaluces y andaluzas. Cifra arriba, cifra abajo, resulta que se dejaron atrás y mes a mes algunos de los formularios rellenados que no habían sido leídos y que se amontonaban en, vete a saber qué despachos, sin que nadie les metiera mano nunca. Porque es que, claro, hombre, resulta que somos unos intransigentes, ya que con un total de 270.101 empleos públicos o, dicho de otro modo, de funcionarios, no daban a basto para gestionar un asunto que debiera ser prioritario porque otros se intercedían a ello sin remedio en el día a día. Pobres de aquellos, hombres y mujeres estresados a los que las jornadas laborales se les consumían entre desayuno y desayuno. Ni imaginarlo quiero.
De las anteriores cifras, las que nos interesan, un total de 34.373 aún permanecen en el limbo de la invisibilidad, esperando pacientemente la escritura mecanizada de sus datos al ideario digital. Las que ya han corrido esa suerte, aún esperan a que se les realice su PIA (Plan Individual de Atención) para así poder acogerse a algunos de los preceptos recogidos en el denominado Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD) y que no solo afecta a enfermos sino también y, sobre todo, a sus familiares y seres queridos, generalmente los encargados de sus cuidados.
Pero es que mientras se pasen la pelota, mientras se critiquen, mientras piensen que todo esto es una cuestión de listas que pueden llegar a ser más o menos largas y atractivas para la prensa. Mientras utilicen la salud de unos cuantos para usarla como arma arrojadiza o como parapeto ante las críticas -mirad qué lista,que pocos ceros, que bien gestiono, mirad cómo gobierno-, que les ayude a rascar unos cuantos votos, y este tema llene páginas sin pensar en lo que de verdad importa, este tipo de medidas no habrá servido para nada.
Se contaba en otro reportaje de otro medio equis que 200.000 personas mueren esperando este tipo de auxilio durante un periodo de tiempo de seis años. No son cifras, son personas y por favor no hagan más daño realizando inefablemente mal su trabajo. Piensen, contraten, preocúpense, apoyen, descongestionen. Porque aunque no lo crean el pueblo les vota para eso, para ser los veladores de su bienestar y no para comer mariscadas. Por muy rocambolesco que esto a ustedes les parezca.
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