La ventana
Luis Carlos Peris
Cuidado con la broma en letra impresa
Pantalla táctil
En n televisión casi todo es espectáculo. Pero en ocasiones detrás de esa maravilla de realidad paralela se esconden historias muy reales que demuestran que se trata de un medio de comunicación en el que trabajan personas con las que nos podemos sentir identificados y que son un claro ejemplo de que, con esfuerzo, quien la sigue la consigue. Entre esas personas están Los Javis, uno de mis últimos descubrimientos. O mejor dicho, redescubrimientos. Antes de que comenzase lo nuevo de Operación Triunfo, donde ejercen de profesores de interpretación, ya sabía algo sobre ellos. De Javi Calvo la primera imagen que se me viene a la mente es la de ese chico al que Física o Química le dio el papel que le llevó a lo más alto cuando era un adolescente. Después de eso, poco sabía el gran público sobre él. Si por algo recuerdo a Javier Ambrossi es por su hermana Macarena García. Es difícil olvidar ese momento en el que ella recogió el Goya a actriz revelación por su papel en Blancanieves y en el patio de butacas su hermano le aplaudía emocionado mientras Macarena le dedicaba el premio. Ahí estaba Javi, en un segundo plano, sin hacer demasiado ruido.
Los Javis continuaban trabajando delante y detrás de las cámaras en una profesión tan bonita como injusta. Se dieron cuenta de que si querían continuar en este mundo tenían que emprender. Lo hicieron juntos, formando un cóctel explosivo que por fin ha detonado como merece. En pocos meses (y con muchos años de trabajo a la espalda) se han convertido en parte fundamental de la televisión, el teatro y el cine español. Uno no llega a los treinta años y el otro los supera por poco. Tienen una larga carrera por delante y después de lo que he visto y disfrutado en el último año llego a la conclusión de que es inimaginable lo que pueden llegar a ofrecernos. Como pareja les descubrí en Likes. Participaban en el programa de Movistar+ para hablar sobre teatro y resultaba exquisito escucharles con esa pasión y sabiduría que caracteriza a todo lo que hacen. El estreno de la película La Llamada fue todo un éxito. Con los prejuicios que tenemos con el cine español solemos ir a las salas a ver las películas españolas con la mosca detrás de la oreja. Pero La llamada es un claro ejemplo de que aquí se hace buen cine. Hacía mucho que no me reía y disfrutaba tanto con una película. Decidí entonces ver la primera temporada de Paquita Salas. Que Netflix haya comprado la segunda temporada de la serie lo dice todo. Y ahora, Operación Triunfo. Con sus clases y su empatía con los alumnos y con los espectadores (porque en el canal 24 horas se puede ver cómo sus expresiones y conversaciones con los participantes nos representan a los que estamos en casa) consiguen que aunque los que somos fans del programa recordemos a Ángel Llácer, no lo echemos de menos. Esperemos que esta pareja continúe de moda muchos años y que lo hagan rodeados de los suyos, porque si algo tienen es que son fieles a su familia y amigos. Un punto más para admirarles.
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