Juan Carlos Rodríguez Ibarra

¿Investiduras?

Pedro Sánchez, en el Senado
Pedro Sánchez, en el Senado

13 de septiembre 2023 - 05:09

Mucho se especula sobre si son muchos o pocos los que se sienten desacoplados en un PSOE que para ellos ha supuesto la entrega de buena parte de sus vidas. Seguramente, como es mi caso, algunos habrá que añoren el PSOE de antes de la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero y de Pedro Sánchez. Ambos son la consecuencia de una decisión adoptada en el Congreso Federal celebrado en Sevilla que alteró significativamente la forma de elección de los dirigentes orgánicos e institucionales en el centenario partido socialista.

Las elecciones mal llamadas “primarias” lo cambiaron todo hasta el punto de que, siendo la militancia la que iba a decidir e intervenir en multitud de cuestiones, según rezaba la propaganda de Sánchez, no ha habido ni una sola consulta donde los afiliados hayamos podido manifestar nuestras posiciones sobre asuntos de enjundia para que, como siempre ocurrió, se pudieran contar los votos a favor y en contra de la política socialista y las distintas visiones que forzosamente tienen que convivir en un partido socialdemócrata.

Y no solo no se consulta a la base, sino que cualquier opinión distinta de la decidida por el Secretario General o por su equipo más cercano merece el calificativo de “jugar a favor de la derecha”, lo que no deja de ser una autocensura que beneficia a quienes habitando en los márgenes del sistema no tienen el más mínimo inconveniente en llenar los vacíos que el silencio de la militancia y de sus parlamentarios deja en beneficio de sus tesis populistas y ultraderechistas.

Las redes sociales están llenas de insultos y descalificaciones de socialistas brillantes cuyo único pecado es el de ser “viejos trasnochados”. No entiendo que se difame por llevar tantos años militando en el PSOE. Los “viejos socialistas” también fueron jóvenes y jamás insultaron o despreciaron a los viejos socialistas de Llopis. Se les respetó, aunque se presentaron en las elecciones de 1977 como PSOE (histórico) frente al PSOE (renovado) de Felipe González, compitiendo con nosotros. Jamás se nos ocurrió calificar de fascistas a quienes llevaban años y años manteniendo las siglas del PSOE en condiciones de persecución o de cárcel y exilio.

Quienes no somos vieja guardia sino reservistas seguimos manteniendo ganas de ganar y fe en el PSOE como partido de la centralidad política española.

Aceptamos como es lógico que el PP ha ganado las elecciones con más votos y más diputados que el PSOE. Sabedores de que esa situación no le va a permitir formar gobierno, no nos oponemos a que Feijoo acuda a defender su investidura al

Congreso de los Diputados

Por el contrario, el PSOE, que se mantuvo en el segundo puesto de la tabla, mantiene muchas posibilidades de formar gobierno. Puesto que el Rey ha propuesto al líder del PP para la investidura, el PSOE acepta esa situación aunque está cantado que no le dará ni su voto afirmativo ni se abstendrá para no impedir una segunda investidura encabezada por Pedro Sánchez.

En esa segunda investidura, el PSOE ni quiere ni debe poner el futuro de España en manos de quienes han dado muestras sobradas de que jamás renunciaran a sus pretensiones separatistas. La única posibilidad cierta y necesaria para España sería la consecución del gobierno con el apoyo o la abstención del otro gran partido constitucionalista, el PP, y cuantos quieran mantenerse en esa vía constitucionalista.

El PSOE debería garantizar en el discurso de investidura de su candidato lo siguientes mínimos:

1.- Renovación del régimen del 78, actualizándolo acorde con la nueva sociedad, con sus nuevos ciudadanos y con las tecnologías de la comunicación y el conocimiento que cada día son más antiguas y cada mañana más nuevas y sorprendentes.

2.- Proyecto de reforma de la Constitución negociando con quienes se sigan identificando con el tenor literal de su artículo 2, definiendo a España como un Estado federal de similares características al Estado Federal Alemán.

3.- En consecuencia con lo anterior, desaparición de cualquier tipo de asimetría y el mismo nivel competencial de todas y cada una de las Comunidades Autónomas. La lengua y la insularidad marcarán el nivel de diferencia entre todas ellas. El castellano, lengua oficial será obligatorio en todo el territorio español junto al idioma propio de las Comunidades que lo mantengan.

4.- La Constitución reformada mandatará la realización de una política inclusiva que paralice la despoblación de buena parte del territorio. Entre otras acciones, el Gobierno y el Parlamento vendrán obligados a reubicar diferentes organismos e instituciones de carácter estatal por las zonas más castigadas por la despoblación.

5.- Internet, fibra óptica y 5G serán derechos irrenunciables de todos los ciudadanos vivan donde vivan y garantizados por las instituciones locales, provinciales, regionales y nacionales.

6.- La Constitución considerará subsidiaria de la Educación Pública a la enseñanza concertada. Estará prohibido cerrar ninguna línea pública si en el mismo distrito se mantiene una línea concertada. El Estado en cualquier nivel mantendrá la concertación cuando sea necesaria para complementar la pública y siempre que la provisión del personal docente se abastezca de la lista de profesores que superaron las oposiciones públicas correspondientes.

7.- El estado denunciará cualquier acuerdo Iglesia Católica-Estado para dotar de contenido la laicidad que le confiere la Constitución Española. Todas las religiones tendrán la misma consideración y trato por parte del Estado, desapareciendo la financiación de cada una de ellas vía fondos públicos. Los fieles serán los encargados de mantener sus convicciones religiosas.

8.- Se propondrá una modificación de la Ley Electoral para posibilitar que el Parlamento no se convierta en una Cámara fraccionada que impida la formación de un gobierno sin chantajes o exigencias al margen de la voluntad de la mayoría.

9.- El Senado se convertirá en una auténtica Cámara de representación territorial. En esa Cámara ocuparán exclusivamente asiento los Gobiernos autónomos y el Gobierno central. Cualquier proyecto legislativo que afecte sustancialmente a las Comunidades Autónomas será debatido en primera instancia en el Senado.

10.- El Sistema de Financiación Autonómica tendrá su fórmula en la Constitución y será inalterable salvo acuerdo de reforma por los grupos que tengan suficientes diputados para reformarla.

11.- El PSOE debería ofrecer este acuerdo al PP para la investidura de su Secretario General y Candidato a Presidente del Gobierno.

Si el PP no quisiera entra en este proceso de reformas, el presidente del Gobierno en funciones convocaría nuevas elecciones y estoy seguro de que los reservistas del PSOE se comprometerían a recorrer España defendiendo este programa y al candidato y Secretario General del PSOE para tratar, entre todos, de obtener una mayoría absoluta que nos permitiera abordar estas cuestiones si son aprobadas mediante el voto por una amplia mayoría de españoles que deseen un gobierno fuerte, fiable y autónomo capacitado para llevarlas adelante.

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