Salud sin fronteras
La IA y la humanización
Empezó el día con las ascuas del incendio en Sierra Bermeja con el monte más quemado que las fotos de un candidato en campaña estorbando en un puesto de mando. Miramos después a ver que decía nuestro hermano mayor europeo después de la 'guantá' que nos dio el vecino argel¡no y terminamos quemados por las previsiones del Banco de España sobre nuestra economía y por el sol que nos pone como si estuviéramos ya en pleno agosto.
En medio la tecnología tomó el protagonismo en este viernes 10 de junio, antesala de un fin de semana en el que el que tenga un amigo con piscina sin duda tendrá un tesoro.
Este viernes se presentó una herramienta que pretende determinar qué algoritmos de los que usan las empresas para contratar trabajadores, medir productividades, horarios y demás tareas son realmente ecuánimes y ponderados y no contienen un sesgo que perjudique a unas personas sobre otras y a las propias empresas a tomar decisiones equivocadas, auspiciadas por la supuesta infalibilidad de la inteligencia artificial.
Su utilización por parte de las empresas es recomendable, al menos para controlar que el sistema cumple con las normativas vigentes y servirá para determinar cuáles son legales y cumplen con la legislación en materia laboral, además de dar la posibilidad para que puedan solicitar más información sobre estas fórmulas matemáticas a las empresas.
Su uso podrá servir además para ayudar a las empresas a que no paguen por sistemas recubiertos de una capa de supuesta exactitud y complejidad que en realidad no cumplen lo que prometen.
No es el mismo caso, pero no he podido pensar en el algoritmo que desde hace unos años me trae a veces por la calle de la Amargura, el de Google, y de lo que pensarían si les pusiese delante herramientas para que se pudiera solicitar más información sobre sus fórmulas matemáticas. Las risas de Page, Brin y Schmidt se iban a escuchar hasta en el último rincón de la galaxia.
Contar hasta 10. Eso es lo que la Unión Europea parece haberle dicho a Argelia tras romper su acuerdo con España y poner en un brete miles de millones en comercio y el suministro del 25% del gas que consumimos. Hablen entre ustedes antes de que nosotros intervengamos. Si rompen con uno de nosotros, rompen con todos, dice la UE. Inevitable pensar ahora de qué tratarían mandatarios italianos y argelinos hace unas semanas antes de la crisis de la amistad. ¿Estarían buscando ya cambiar de pareja?
Lo comido por lo servido. Los 20 céntimos de descuento han sido como una de esas ofertas del súper que no sabes muy bien si te van a salir a cuenta. La subida de los carburantes se han comido el ahorro por cada litro antes incluso de que entrase en vigor la prórroga de la medida. Participar este año en la operación salida nos va a salir por un pico.
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