Tribuna Económica
Carmen Pérez
Un bitcoin institucionalizado
Os invito a que recorráis conmigo en el vídeo que acompaña a esta página, los menos de cuatro kilómetros que separan Don Benito de Villanueva de la Serena, o viceversa.
Dos partes de un mismo todo ya. Gracias a la victoria del sí en la consulta popular llevada a cabo entre las dos localidades para preguntar a sus ciudadanos su opinión sobre crear un nuevo y único municipio entre ambas ciudades.
Cuatro kilómetros que nunca han sido una carretera comarcal, sino más bien una avenida interurbana, aún por pulir, salpicada por servicios comunes que han compartido ambas localidades. Un hospital, un instituto, talleres, concesionarios, y al final, o al principio, según se mire, el mayor y único hipermercado de la zona.
Asistir al nacimiento de una nueva ciudad es emocionante. Un momento histórico que hemos podido vivir en esa zona de Extremadura, olvidada tantas veces y a la que tantos nos hemos visto obligados a echar de menos a la fuerza.
Una fusión de dos municipios en un país con más de 8.200 ayuntamientos que se convierte en la tercera ciudad por población de Extremadura y que pretende ser un foco de atracción para las empresas, fomentar el empleo y la inversión y dar así las oportunidades necesarias para propiciar el arraigo a sus ciudadanos en su tierra, ahora que tanto se habla de España vaciada.
Y no fue fácil. Un referéndum popular con un recuento con suspense final en Don Benito, convirtió en día histórico al lunes 21 de febrero y no al domingo como estaba previsto, porque era ya la una de la madrugada del lunes cuando se anunció el resultado favorable en Don Benito por unas escasas dos décimas sobre el 66% que se pedía en votos favorables para continuar con la fusión.
Tras el resultado, ambos alcaldes, el dombenitense José Luis Quintana y el villanovense, Miguel Ángel Gallardo, respiraron aliviados. Pedían porcentajes favorables idénticos a los que se necesitan para cambiar la Constitución. Mucha tensión acumulada y un recuento que dejó claro el por qué los referéndums son algo tan difícil. Y si no que se lo pregunten a catalanes, canadienses o británicos...
¿Y ahora qué? Toca elegir un nombre. Ya sin consulta popular. Un comité de expertos ofrecerá varias alternativas para nombrar la ciudad en el corazón de Las Vegas del Guadiana, un nombre que ya corre como la pólvora de boca en boca de los vecinos como una opción más.
Lo que viene no es un largo proceso hasta las primeras elecciones en 2027 como un único ayuntamiento, es una realidad que se plasma desde hoy con dos ayuntamientos que ya quieren ponerse a trabajar en una perfecta simbiosis, que dé a luz a una ciudad nacida del entendimiento y la razón propias del siglo XXI.
También te puede interesar
Lo último