Tribuna Económica
Joaquín Aurioles
Inventarios de diciembre (4). Desigualdad
Tribuna Económica
Nueve países de la Eurozona -entre los que se incluyen España, Italia y Francia- han pedido esta semana que la Eurozona emita bonos de forma conjunta. Incluso le han remitido al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, una carta subrayando la necesidad de este instrumento. Con estos coronabonos -así es como han sido denominados- se conseguiría financiar a largo plazo los gastos que provocan las políticas que se están desarrollando para combatir la pandemia del Covid-19, tanto en la vertiente sanitaria como en la económica. Sin embargo, la propuesta se ha topado con el rechazo radical por parte de otros miembros, principalmente Alemania y los Países Bajos. A la par que escribo estas líneas, está reunido el Consejo Europeo. Hoy, cuando las lean, puede ser -ojalá- que hayan dado el paso.
El caso es que esos países declaran estar decididos a prevenir una nueva crisis de deuda soberana, pero se resisten a esta posibilidad, no ven la necesidad de coronabonos. Están convencidos de que al menos por ahora las medidas que se han tomado son suficientes. Se han revocado las reglas de deuda y de déficits para permitir los gastos sanitarios y los programas de rescate masivos a la economía que se han puesto en marcha. Se ha activado el MEDE para que los diferentes países puedan pedir préstamos en condiciones favorables. Y el Banco Central Europeo se ha comprometido a comprar deuda soberana -programa no mutualizado- por 820 mil millones de euros para cuidar las primas de riesgo, e incluso se plantea un QE infinito si hace falta. Y hay que darles la razón con que con todo eso se está enviando ya un mensaje claro e intenso de estabilidad del euro.
Hasta ahí llegan. En una entrevista al diario alemán Handelsblatt el ministro de economía, Peter Altmaier, declaró que "el debate sobre los coronabonos es un debate fantasma". Como siempre, los países del Norte siguen viendo con recelo adoptar medidas de mutualización de riesgos. Altmaier señala que lo más importante será fortalecer el desarrollo de una estrategia industrial y fomentar la competitividad internacional de Europa, y teme que con la asunción de riesgos en común algunos países se relajen. En esa entrevista expresamente declaró que "la innovación es más importante que el subsidio". No le falta razón tampoco en destacar que ser responsable de los riesgos propios es un acicate enorme para espabilarse y emprender reformas.
Pero su postura también está llena de prejuicios y carece de una visión global de lo mucho que nos necesitamos unos a los otros, incluidos ellos. Esta situación excepcional requiere de este gesto de confianza. La Eurozona se está enfrentando a un "shock simétrico externo", el problema no se deriva de posibles irresponsabilidades y no afecta a ningún país en particular sino a todos ellos. Además, la propuesta ha contado con el apoyo de Christine Lagarde, la presidenta del BCE, y de Ursula Von der Leyen, la presidenta de la Comisión Euopea. No dar paso a los coronabonos no sería ni ético ni estético. Que no olviden que cuando todo esto pase hay que seguir mirándose a la cara : ¿cómo se podría perdonar la soledad sentida en momentos de debilidad extrema?
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