Tribuna Económica
Carmen Pérez
Un bitcoin institucionalizado
Definición de Beca del Diccionario Panhispánico del Español Jurídico: Ayuda pública que, para garantizar la igualdad de todas las personas en el ejercicio del derecho a la educación, tienen derecho a recibir los estudiantes con condiciones socioeconómicas desfavorables en la enseñanza obligatoria.
Una vez sentadas las bases entenderás que de tonto es la cara que se te puede quedar cuando oyes a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, justificar la medida aprobada en su Consejo de Gobierno de que haya becas públicas para la educación en centros privados de Madrid para familias que ganan más de 100.000 euros.
Según Díaz Ayuso no es de recibo que "puedes cambiar de sexo o abortar al margen de tus padres pero no pedir becas por su nivel adquisitivo" y ella se ha encargado de solventarlo en la Comunidad de Madrid, elevando el liberalismo que inició en su día Esperanza Aguirre.
¿Cómo no se le ha podido ocurrir antes a nadie la genialidad de comparar el derecho al aborto con la de recibir una beca aunque tengas el dinero de sobra para costear la educación por tu cuenta? La argumentación es casi más indecente que la propia propuesta, salvo que uno esté con el codo en la barra de un bar. Sujétame el cubata.
Esta política sobre las becas no es nueva. En Murcia, gobernada también por el PP, ya se aplicaba de manera parecida pero solo en la educación infantil. Ayuso lo ha llevado al siguiente nivel, otorgando un cheque para la educación privada sin precedentes y reforzando las desigualdades que las becas pretenden evitar.
Para que quede clara la medida, un ejemplo. Si eres una familia madrileña con tres hijos y unos ingresos superiores a 180.000 euros al año, puedes pedir una beca para que te financien los estudios de bachillerato en un centro privado, algo que según esa renta ya te podrías permitir.
Y esto lo dice la misma Isabel Díaz Ayuso que hace unos meses decía en sede parlamentaria "no podemos regalarle la educación a todo el mundo". Está claro qué sí tiene una idea de a quién se le puede regalar y seguro que no vive en la Cañada Real, por elegir un sitio de Madrid.
Tras este día, solo me queda retirarme un tiempo y dar por concluida la primera temporada de la crónica del día. Casi 100 días comentados en esta S01, quién me lo iba a decir. Merecidas o no la crónica toma vacaciones, no os atormento más aunque prometro que volveré a la carga si me dejan. Sean felices si pueden y si no quédense contentos pero sin presumir.
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