Tribuna Económica
Joaquín Aurioles
Inventarios de diciembre (4). Desigualdad
Madrid/BILDU es el ganador de las elecciones vascas. Mismo número de escaños que el PNV, que ha tenido mayor porcentaje de votos que Bildu; pero Bildu ha sido el gran triunfador porque el PNV ha perdido el poder indiscutible que mantenía desde hacía casi cincuenta años. El declive del PNV es preocupante, porque garantiza cierta estabilidad a pesar de su nacionalismo a veces exacerbado. Nada que ver sin embargo con lo que defiende Bildu … y lo que representa el importante número de votos que ha conseguido.
Todo indica que se repetirá el modelo de gobierno de los últimos cuatro años, con el peneuvista Imanol Pradales como lehendakari con el apoyo del PSE-PSOE. Pero en el PNV se adivina que inicia el camino del descenso si sus nuevos líderes no lo remedian –celebra congreso en los próximos meses– mientras Bildu se afianza como el partido del nuevo Euskadi, la nueva sociedad, los nuevos dirigentes y los nuevos comportamientos. Un Bildu catapultado por Pedro Sánchez, que tiene mucho que ver con el éxito del partido de Arnaldo Otegi. Los socios a la izquierda de Sánchez, han vuelto a sufrir una debacle, a pesar de que Yolanda Díaz presumirá de su escaño y de la desaparición de Podemos. Este partido, por cierto, que tuvo un resultado espectacular en las anteriores elecciones vascas, desaparece del mapa.
Sánchez sin embargo ha salvado los muebles, con dos escaños más y con la posibilidad de seguir siendo el socio del gobernante, pero ha aniquilado a la izquierda tradicional española, la izquierda habitual de los países europeos, mientras que ha lanzado a las alturas a nacionalistas e independentistas. No es como para presumir de jefe de gobierno son sentido de Estado.
El PP ha mantenido el tipo, solo eso. Vox ha tenido un escaño y Feijóo ha ganado uno respecto a las elecciones anteriores. No eran sus elecciones, se conformaba con lograr el mismo resultado, pero Feijóo no puede conformarse solo con eso. Aunque sus 7 escaños permitirán a su nuevo dirigente Javier de Andrés cierto protagonismo.
¿Cómo afectará este resultado al futuro de Pedro Sánchez? Probablemente, muy poco. Seguirá contando con el apoyo del PNV, en justa correspondencia al apoyo socialista al partido vasco, y no es fácil que Bildu, con el mismo número de escaños que el PNV, se empeñe en exigirle que le ayude a formar gobierno. Entre otras razones porque saben Otegi y Otxandiano que el PP está dispuesto a apoyar la investidura del candidato peneuvista para impedir un gobierno de Bildu. Probablemente veremos algo de teatro en los próximos días, y se especulará con que Sánchez puede ver en riesgo su continuidad porque Bildu no le garantiza el apoyo incondicional, pero será eso, teatro. Bildu apoyará a Sánchez cuando haga falta, los abertzales tiemblan solo de pensar en la posibilidad de que haya en España un gobierno del PP y Vox y empiece a recibir bofetadas de Moncloa para sus iniciativas en lugar de tener allí un presidente que le escucha, le atiende… y le permite hacer política con sus presos.
No se trata de un resultado que provoque tranquilidad. No. Ni en el País Vasco ni en el resto de España. La fuerza de Bildu, que tiene su origen en una banda terrorista y que sin embargo ha tenido el respaldo incuestionable de un porcentaje de la sociedad vasca, significa que un sector importante de esa sociedad acepta con normalidad la convivencia con un partido que sigue su posición inamovible de no condenar el terrorismo. Sus votantes hacen borrón y cuenta nueva, rompen con principios morales que cuesta pensar que desaparecen. Cuentan con el respaldo, y por tanto el respeto, de un número importante de vascos, a los que por otra parte no se podrá reprochar que se sumen a la causa de los descendientes de ETA porque desde el gobierno español se ha elaborado, potenciado, un partido que en cualquier país democrático no habría sido aceptado si no tenía la decencia de renegar de sus orígenes antes de que se les abriera las puertas de las instituciones.
Si hay un vencedor de estas elecciones es Bildu. Y un perdedor claro, el PNV, el partido que desde las primeras elecciones de la democracia ha sido siempre el gran referente de la sociedad y del gobierno vasco. Es evidente que sus principales protagonistas, con Ortúzar y Urkullu a la cabeza del partido y del Gobierno no han sabido mantener la fortaleza de las siglas y de una forma de vida que les ha permitido mandar en el País Vasco durante las últimas décadas, pero también Pedro Sánchez tiene un papel importante en lo ocurrido este domingo en el País Vasco.
Su obsesión por seguir en Moncloa a pesar de perder las elecciones, le llevó a gobernar con partidos antiespañoles, anticonstitucionales, que se marcaron tantos importantes ante sus respectivas sociedades porque Sánchez aceptada todas sus condiciones y exigencias.
También te puede interesar