La ventana
Luis Carlos Peris
Perdidos por la ruta de los belenes
Pantalla táctil
Lo mejor de ver una serie es pensar en todo lo que hay detrás, en lo que va más allá de la historia. Por un lado fijarnos en lo que vemos en la pantalla. En las localizaciones, en el vestuario, en la ambientación, en la música, en los planos, la fotografía y en un sinfín de elementos que hacen que la trama enganche al espectador y que ver la historia en televisión sea una delicia. Por otro lado pensar en lo que no vemos. En el proceso de creación de la serie, desde que nace la idea hasta que se emiten los episodios en televisión, pasando por imaginar cómo sería el rodaje. Son tantas cosas que requieren un trabajo inimaginable.
Por eso hoy escribo sobre el trabajo de las productoras, concretamente de Bambú. En las últimas semanas he visto Las chicas del cable, lo nuevo de Velvet Colección (en la foto) y los primeros capítulos de Tiempos de guerra. Qué difícil es conseguir que el sello de una productora cale tan dentro de la audiencia, algo que ellos han conseguido. Ver sus trabajos enriquece.
Bambú es un claro ejemplo de que cuando se quieren hacer las cosas bien, se puede. Todo ello con mucho esfuerzo detrás. En cada una de sus producciones se refleja que se preocupan por que todo sea perfecto, no les vale cualquier cosa. Apostar por las mujeres como protagonistas de sus ficciones es parte de la clave de su éxito. Hacía falta alguien que arriesgase por personajes femeninos como los que ellos crean. Además en sus series recrean la época histórica en la que se ambienta la trama a la perfección y consiguen trabajar con los mejores actores españoles. No sé si alguno habrá dicho que no alguna vez a una serie de Bambú, pero si así ha sido habrán sido pocos. Impresionante fue también su trabajo en Lo que la verdad esconde: El caso Asunta. Una serie documental con la que demostraron que saben hacer buen periodismo, dando las claves de un tema muy delicado pero tratándolo con la máxima rigurosidad y respeto.
Da gusto escuchar y leer las entrevistas a Teresa Fernández Valdés y Ramón Campos, los productores ejecutivos de Bambú. Consiguen que nunca se pierda la esperanza de que con esfuerzo y con tiempo las cosas salen hacia delante. Es de agradecer que reconozcan que a veces se han equivocado y que además de éxitos, han tenido fracasos. No todo el mundo es capaz de reconocerlo y eso avala aún más su profesionalidad y la de su equipo.
Para quien crea que me une algo a Teresa y Ramón y que esto es algún tipo de "peloteo" quiero dejar claro que no es así. Les vi en persona una vez, les escuché hablar sobre su trabajo y me dije, "de mayor quiero ser como ellos". Y desde entonces sentí la necesidad de escribir sobre Bambú. Porque con esta productora queda algo de esperanza para la televisión española.
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