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El tsunami de fusiones bancarias no cesa. Tiempos difíciles para los bancos medianos. Los bajos tipos de interés, las crecientes exigencias regulatorias, la disrupción digital, la nueva competencia de las fintech y las big tech, el cambio del modelo de negocio y el exceso de capacidad productiva, amenazan la supervivencia de la banca mediana. Las dos últimas crisis han acelerado estas tendencias. La presión de las autoridades monetarias es creciente: más provisiones para insolvencias, más reducción de costes, no repartir dividendos e intensificar las fusiones bancarias.
El último anuncio de fusión lo han protagonizado BBVA y Sabadell, que han comunicado a la CNMV el inicio formal de conversaciones. Se iniciaron en el mes de septiembre y se han precipitado este mes. La oportunidad ha sido la magnífica venta que ha realizado el BBVA de su filial en Estados Unidos a la entidad financiera PNC Fináncial Group por un valor de 9.700 millones de euros, con una plusvalía de 580 millones. Una venta espléndida a un precio que multiplica por 1,34 el valor en libros y por 2,5 el valor de mercado. Un precio extraordinario que equivale al 50% del valor del BBVA en Bolsa, por tan solo el 10% de negocio del BBVA en el mundo.
Es una operación de oportunidad por varias razones: permite afrontar la fusión con el banco Sabadell sin necesidad de recurrir a una ampliación de capital; fortalece el coeficiente de solvencia (CT1) del BBVA desde el 11,5% al 14,5%, por encima de la media europea; aporta margen estratégico para otras operaciones corporativas y permite mejorar la retribución de los accionistas. Los mercados financieros celebraban el anuncio de fusión con una subida de la cotización del BBVA del 15,5% y del Sabadell del 24,6%. El anuncio de fusión ha sido bien recibido. Son dos bancos complementarios que pueden obtener sinergias de ingresos y costes. La intensa superposición de redes en Cataluña y País Vasco posibilita una reducción de costes del 29% y el cierre de 1.250 oficinas. Será el segundo banco en negocio en España, con un volumen de activos de 596.481 millones de euros,46.365 empleados y 4.250 oficinas. El negocio a escala mundial alcanza los 860.000 millones de euros, por detrás del Santander (1.500.000 millones).
Fusión buena para ambos. Para el Sabadell, que tras 140 años de crecimiento, compras y absorciones exitosas, afronta dificultades de rentabilidad por los bajos tipos de interés, la creciente competencia, y la fallida compra del banco británico TSB al Lloyds. Como consecuencia de la doble crisis y los bajos tipos de interés el Sabadell ha tenido que realizar fortísimas provisiones y soportar una baja rentabilidad. Desde el inicio de la crisis de 2007 la cotización en bolsa del banco Sabadell se ha desplomado un 93%.
El lado oscuro es la destrucción de empleo. Desde la crisis de 2008 la banca ha destruido 90.000 empleos, el 35% de la plantilla, y ha cerrado 20.000 oficinas, el 40% de la red. Otro aspecto negativo es la reducción de la competencia de un sistema que avanza hacia el oligopolio, y una clientela que cada vez tiene un universo más estrecho donde elegir. La supervivencia prevalece sobre la competencia.
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