La ventana
Luis Carlos Peris
Abundando en el cambio horario
Días atrás se celebró en Madrid el III Curso SER de Artrosis, organizado por la Sociedad Española de Reumatología con en colaboración de Grünenthal. Un interesante encuentro en el que se abordaron asuntos de actualidad como la aplicación de inteligencia artificial en la predicción de la progresión de la artrosis de rodilla, que podría mejorar significativamente el diagnóstico temprano y la gestión de estos pacientes. La rodilla es la articulación más grande del cuerpo humano y una de las más complejas.
Esta articulación puede sufrir múltiples trastornos. Por un lado, traumatismos y lesiones derivadas de la práctica deportiva. Las más habituales son las de menisco, las de ligamentos y las luxaciones de rótula. Y en personas mayores, la enfermedad más común es la gonartrosis o artrosis de rodilla. Se trata de una patología degenerativa de las articulaciones que produce una alteración en el cartílago que afecta en nuestro país al 30% de los mayores de 60 años. El dolor, derrame de la articulación, limitación de la movilidad, atrofia muscular y la inestabilidad, son los síntomas más comunes
Respecto al tratamiento, normalmente se emplean analgésicos y antiinflamatorios. Además, se recomienda adelgazar a estos pacientes ya que la obesidad es unos de los principales factores de riesgo, el uso de plantillas para mejorar el eje de carga, evitar deportes de impacto y la fisioterapia. Y cuando el tratamiento conservador no es suficiente, el especialista valorará si es necesario implantar una prótesis mediante cirugía.
Sin duda, uno de los pilares fundamentales del tratamiento es la modificación de estilo de vida. Tal y como señaló la Dra. Isabel Morales, reumatóloga del Hospital Universitari d’Igualada, Barcelona, “diferentes estudios han demostrado que los factores de riesgo clásicos de la artrosis como la edad, la obesidad, la dieta o el ejercicio alteran la microbiota, ocasionando disbiosis, elevación de lipopolisacáridos, liberación de citoquinas y una inflamación de bajo grado persistente que favorece el desarrollo de esta enfermedad”.
Según la experta, la modificación de la microbiota podría ser útil. Ésta puede modificarse practicando ejercicio físico. El deporte disminuye el dolor, mejora la movilidad de las articulaciones sin dañar el cartílago ni aumentar la inflamación y aumenta la sensación de bienestar. También disminuye las posibilidades de aparición de enfermedades asociadas a la artrosis, como son la obesidad o la diabetes tipo 2. Algunos deportes aconsejables para estos pacientes son nadar, realizar bicicleta estática, caminar o realizar ejercicios de fuerza que ayudan a potenciar la musculatura.
Además del ejercicio, otras opciones para modificar la microbiota son una alimentación saludable, trasplante fecal, o a través de la administración de prebióticos (alimento que contiene sustrato para microbiota), probióticos (contiene las bacterias vivas), simbiótico (contiene tanto prebióticos como probióticos) y postbióticos (contiene metabolitos generados por la microbiota que son beneficiosos, como el butirato o los ácidos grasos de cadena corta). Es lo que hay. Seguro.
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