El parqué
Jaime Sicilia
Siguen las caídas
Qué lejos queda ya la gripe aviar, el ébola, incluso el virus del Nilo, aunque de esto, sin ser un experto y sin querer ser agorero, preveo casos pronto que nos refrescarán la memoria.
Algunos ya se han olvidado hasta del pangolín.
Ahora temblamos con la hepatitis de origen desconocido en niños que han buscado un nexo entre los afectados en los perros y hoy nos hemos levantado, ya para rematar, con una alerta por la viruela del mono, que trasmiten pequeños roedores. Ahí es nada el Arca de Noé de las enfermedades virícas. Aquella bíblica llegó para salvarnos y ésta puede ser nuestro final.
Así es, porque son muchos los que bromean con el fin del mundo en una suerte de venganza de la naturaleza por el descontrol y la falta de respeto del hombre; como si el karma animal se vengara de nuestra superioridad humana. Algo de razón me da que llevan. Podremos ser más listos, pero la naturaleza es más sabia.
Hay estudios que dicen que más de tres millones de personas pueden morir al año por enfermedades virales zoonóticas. Ahora podemos tener cuidado con las aves, con los monos, con los caballos o con las cobayas, pero no sabemos por dónde nos puede venir la siguiente pandemia.
¿Y qué podemos hacer? Como individuos, aplicar lo aprendido y sentido común: lavarse bien las manos de manera regular, sobre todo después de tocar algún animal. Como especie lo tenemos más crudo: algunas son de calado como el respeto al medio ambiente en todas sus dimensiones y otras más de andar por casa, como mantener limpios los espacios públicos y fumigados aquellos que pueden ser nido de insectos…
Hoy cuando he visto a Fernando Simón preguntado por la viruela del mono he tenido un déjà vu. Aunque las cosas como son, y dado los chistes y los memes (y las quejas e insultos) que ha sufrido, ha sido menos tajante que hace 26 meses: "No es probable que vaya a generar una transmisión importante, pero no lo podemos descartar".
También te puede interesar
Lo último