La ventana
Luis Carlos Peris
La peña se nos va quedando sin peñistas
En tan sólo un mes todo ha cambiado. Una segunda ola pandémica está golpeando a Europa. En los últimos días el nivel de contagios y de muertes se ha disparado y el temor y la incertidumbre han abortado la incipiente recuperación. El fantasma de una doble recesión, la temida recesión en W, es un secreto a voces en los departamentos de análisis de grandes bancos como ING, ABN Amro Bank, Citibank, Allianz y otros. Los países europeos están aplicando medidas contundentes de restricción de movilidad y confinamientos perimetrales. La movilidad y recuperación económica van de la mano. España fue la primera, pero recientemente las medidas restrictivas de movilidad se han generalizado en toda Europa, incluso en aquellos países con mejores índices sanitarios como Alemania. Los países más con mayores niveles de contagio son Bélgica, Francia, España, Portugal e Italia. Pero la segunda ola también está impactando gravemente a países como Alemania, país ejemplar en la lucha contra el Covid-19. Se pretende evitar lo más perjudicial para la economía, los confinamientos domiciliarios. Todavía sabemos poco sobre esta pandemia. Nos ha sorprendido la virulencia y la velocidad de propagación de esta segunda ola, cuando ya la creíamos dominada. Nos coge con más experiencia y preparación, pero también más fatigados, más estresados, y con menores márgenes de maniobra sanitaria y económica.
La segunda ola, que alcanzará mayor virulencia en las próximas semanas, ha abortado el prematuro optimismo de la intensa recuperación que se produjo en el tercer trimestre de 2020. Ni siquiera hemos podido saborear las mieles de la recuperación. En el día de ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE) daba a conocer los datos de la fuerte recuperación del tercer trimestre. Una recuperación sorprendente, muy superior a las expectativas del Gobierno. En el tercer trimestre el PIB trimestral ha crecido el 16,7%, recuperando gran parte de la caída del segundo trimestre (-17,8%). El protagonista principal de la recuperación ha sido el consumo de los hogares, que ha crecido un espectacular 20,7%, y también la inversión empresarial con un 17,8%. Por el contrario, la demanda externa continuó con su contribución negativa. El consumo de los hogares, que es el 60% del PIB, uno de los motores de nuestra economía, fue el gran protagonista .
Pero la recuperación anunciada en el día de ayer por el INE no ha llegado a ser ni flor de un día. Desde finales del mes de septiembre los indicadores adelantados de los servicios de estudios de La Caixa o el BBVA venían advirtiendo que el protagonista de la recuperación, el consumo de los hogares, había iniciado la desaceleración en la última semana del mes de septiembre. Pero ha sido en la cuarta semana de este mes de octubre cuando se ha podido observar por los indicadores adelantados que el consumo de los hogares no solamente se había detenido, sino que estaban un proceso de intensa contracción. La incertidumbre, el temor a una segunda ola y el inicio de medidas restrictivas a la movilidad hicieron descarrilar la trayectoria del consumo de los hogares e impulsar el ahorro por precaución hasta niveles superiores a los de la última crisis financiera. En las últimas semanas del mes de octubre la incertidumbre ha acabado invadiendo toda Europa, así lo confirman los indicadores adelantados. El PMI de la Unión Europea (UE) del mes de octubre ha descendido por debajo de 50, lo que indica que la UE ha iniciado un periodo de contracción. Los niveles más bajos de PMI corresponden a Francia, Italia, Grecia o Portugal. El más bajo de todos es el de España. En las próximas semanas y a medida que la incertidumbre y las restricciones a la movilidad aumenten asistiremos a nuevas caídas del PMI de la UE. Hasta finales del mes de octubre Alemania era el único país de la UE que mantenía su PMI por encima de 50.
En cuanto España, otros indicadores adelantados como los elaborados por los servicios de estudios de La Caixa y del BBVA indican que la segunda ola sanitaria ya ha quebrado la recuperación, iniciándose un preocupante proceso de contracción. Indicadores adelantados de actividad y de consumo como la operatividad de las tarjetas de crédito en TPV, los reintegros en cajeros automáticos y los TPV e-commerce, han detectado una caída del consumo minorista del 17% en octubre. En la última semana del mes de octubre el consumo de los hogares, protagonista principal de la recuperación del tercer trimestre, estaba en proceso de retirada.
Tanto el FMI como él BCE venían advirtiendo de que una segunda ola pandémica podría frenar la recuperación, pero no invertirla. Ante la segunda ola pandémica los países de la UE tienen más experiencia y conocimiento del virus, pero también más fatiga ciudadana, más enfrentamiento político, más estrés social y menor capacidad de respuesta sanitaria y económica. Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE) ha manifestado su sorpresa por la violencia y rapidez del impacto sanitario en la recuperación económica. El BCE ha sido la principal fortificación defensiva frente a la pandemia. Sus inyecciones masivas de liquidez, a través de los distintos programas de compra de deuda pública y de préstamos a medio plazo a la banca, han incentivado el crédito bancario a las empresas y evitado una cadena de suspensiones de pagos. La pregunta es qué más puede hacer. La presidenta del BCE ha afirmado que hasta el consejo de finales de diciembre no adoptarán nuevas medidas. Quieren comprobar la virulencia de la segunda ola y también la evolución de otras amenazas globales como el Brexit, las inciertas elecciones de EEUU, la evolución del proteccionismo y el desenlace de la guerra fría entre EEUU y China. La tormenta perfecta. No obstante, ha prometido que harán todo lo que sea necesario, mejorando medidas ya adoptadas y aplicando otras más innovadoras. Es un momento oportuno en el que están revisando la estrategia monetaria para adaptarla al nuevo mundo post Covid-19. Lo que sí es seguro es que asistiremos a una larga etapa de bajos tipos de interés, y que la segunda ola pandémica va a retrasar más allá del 2023 la definitiva recuperación económica.
Coincidiendo con la interrupción de la recuperación el Gobierno Español ha presentado el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2021. Presupuestos que a juicio de los empresarios son excesivamente optimistas, llenos de ideología e ineficientes para hacer frente a la recuperación y modernización de España. La verdad es que no parecen los más adecuados para la recuperación y reconversión de España en un país moderno, competitivo y sostenible. Es un proyecto irreal construido sobre unas previsiones económicas inalcanzables, que generará menos ingresos y más déficit y deuda pública que la que España puede sostener. Un presupuesto en el que los gastos corrientes se disparan más que los de inversión, que son los necesarios para modernizar y transformar España. La reformas pendientes ni aparecen. Es decir, son unos presupuestos de pan para hoy y deuda para mañana.
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