El parqué
Caídas ligeras
Sevilla/La formalización de una oferta vinculante por la filial operativa del grupo Abengoa, Abenewco 1, por parte de Terramar –por más que la compañía la llame actualización– lleva a interrogarse a quién de verdad rescata el comisionista estadounidense, y los datos no dan lugar a la duda: a los acreedores financieros antes que al negocio y el empleo de la empresa y los acreedores comerciales.
La oferta de Terramar prevé dar liquidez en las dos primeras fases del proceso de reestructuración por valor de 60 millones de euros (35 iniciales y 25 en un segundo plazo).
Cuando se cierre la operación y al mismo tiempo que se asegura 449 millones de dinero público, 249 aportados por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) el Fondo de Solvencia para Empresas Estratégicas, prestará otros 80 millones adicionales, para completar los 140 millones de financiación con deuda que ofrece. Eso sí, sin detallar a qué condiciones. Los antecedentes de Terramar señalan que presta a precios de usura.
A estos 140 hay que sumar otros 60 millones para realizar una ampliación de capital de Abenewco 1, pero el destino de ese dinero en efectivo no es dar liquidez a la maltrecha tesorería del grupo Abengoa, sino que se emplearía íntegramente a comprar deuda ya existente.
Es más, esos 60 millones que entregaría para ampliar capital se los llevan también los acreedores distribuidos de la siguiente forma: 32,7 millones en efectivo para comprar el 20% New Money 2 (NM2) existente y que asciende a 163,7 millones de euros; cinco millones en efectivo para comprar el 10% de la Deuda Reisntated existente y que asciende a 50,5 millones, y 21,6 millones en efectivo para comprar el 20% del bono convertible A3T, que tienen un importe total de 108.2 millones.
Además, con los 140 millones que presta Terramar, se liquida totalmente el restante de la denominada deuda reinstated, que ascendería a 45,5 millones.
Ante ello, hay que preguntarse: ¿la oferta da un trato de favor a los tenedores de esas deudas, que se compran a valor nominal y no de mercado? Porque es deuda de una filial que tiene a su matriz en concurso y que si no se acumula a ese proceso concursal es porque los propios acreedores demoran que entre en causa de disolución alargando el vencimiento del NM2 (que por cierto vence hoy).
Según la información financiera adjuntada a la oferta que Abengoa ha comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), al menos 110 millones de 200 millones se destinan a reestructurar deuda ya existente.
¿Y a qué se destinan los 90 millones restantes de financiación (desde los 110 millones a los 200 millones)? Pues no se desglosa, pero sí se señala que el destino será, financiar la liquidez del balance y cubrir las comisiones y gastos (honorarios de asesores) de la transacción.
Por la due diligence que se hizo en la oferta retirada que lideraron los hermanos Amodio, se conoce que las comisiones y honorarios pendientes de pago rondan los 30 millones, incluyendo cláusulas por cambio de propiedad que cobraría el consejo de administración de Abenewco 1. Eso dejaría apenas 60 millones para liquidez. Y sin que quede claro el precio.
Tampoco se conoce quiénes son los tenedores actuales del NM2, ni por qué se sigue considerando sin saldar la deuda del bono Convertible A3T, que emitió la sociedad A3T Luxco 2, compañía que se adjudicó el Banco Santander en enero pasado, supuestamente asumiendo las deudas de esa sociedad y sus participadas al quedarse con el activo de la planta de cogeneración mexicana.
Otra incógnita es la valoración que se hace en la ampliación de capital. Según la información facilitada, se valora el 70% del capital de Abenewco 1 en 40 millones (10 menos que la oferta no vinculante), y se dejan otros 20 millones en capital preferente, a un interés 3,5% PIK anual más MOIC (que se incrementa si la empresa se vende).
La oferta no especifica qué pasa con la participación de Abengoa en Abenewco 1, que hoy por hoy es del 100% pero pendiente de una conversión, como pago de una comisión en la segunda reestructuración, del 22% de las acciones.
¿Anticipa ese capital preferente una próxima oferta a los accionistas de Abengoa para que canjeen sus acciones con una enorme dilución y, probablemente, comprometiéndose a no reclamar nada a los acreedores?
Finalmente, la operación está sujeta a que la SEPI acepte financiar con 249 millones de euros a la filial operativa, que saldría del grupo Abengoa. La matriz por tanto se liquidaría en el concurso actual. Nada se sabe de qué destino tendrían esos 249 millones, ni hay garantía alguna de que no sirva también para recomprar deuda a los acreedores. ¿Lo permitirá el Gobierno?
Mientras se despejan esas y otras dudas (¿qué pasa con el arbitraje que reclama al Reino de España 840 millones de euros?), la pregunta de a quién rescata Terramar queda respondida: a una parte de los acreedores financieros.
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