Williams y Spielberg: música para unas bodas de oro
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En el 50º aniversario del estreno de ‘Loca evasión’ y con motivo de su restauración en 4K, se edita al fin la banda sonora de la que fue la primera colaboración entre John Williams y Steven Spielberg.
Por increíble que parezca, la primera colaboración entre John Williams y Steven Spielberg, de la que justo ahora se cumplen cincuenta años tras 29 películas, permanecía inédita en formato discográfico, entre otras razones por la propia reticencia del compositor, que hasta bien hace poco consideraba el material musical insuficiente o inconsistente para un álbum completo. Una banda sonora tocada por la singularidad de la armónica solista, cortesía del gran Toots Thielemans, y que aún no anunciaba la determinante deriva neo-sinfónica y post-romántica del compositor de las sagas de La guerra de las galaxias, Indiana Jones o Harry Potter, sino más bien la prolongación y, en este caso, la depuración de la Americana que había desarrollado en trabajos previos como Los rateros (1969) o Los cowboys (1972), ambas dirigidas por Mark Rydell, precisamente los que llamaron la atención de Spielberg para contratarlo.
Hemos vuelto a The Sugarland Express (Loca evasión, 1974), recientemente restaurada en 4K para una nueva circulación en salas con motivo de su 50º aniversario, y en ella encontramos ya sin duda al mejor Spielberg en una road movie de huida y persecución inspirada en personajes y hechos reales acontecidos en Texas en 1969, pero también bajo el influjo de ese Nuevo Hollywood que arrancaba con títulos como Bonnie & Clyde (1967, Penn) y que se prolongaba en otras cintas hermanas como Easy rider (1969, Hopper), Mi vida es mi vida (1970, Rafelson), Carretera asfaltada en dos direcciones (1971, Hellman), Vanishing point (1971, Sarafian), Malas tierras (1973, Malick), El último deber (1973, Ashby), Un botín de 500.000 dólares (1974, Cimino) o incluso en una cinta como La última película (1971, Bogdanovich), igualmente ambientada en Texas y donde también aparecía el legendario actor Ben Johnson.
Lanzada a las carreteras secundarias y el paisaje horizontal del suroeste de Texas, brillantemente fotografiados en formato panorámico por Vilmos Zsigmond, The Sugarland Express prolongaba también el esquema viajero de El diablo sobre ruedas (1971, TV) pero le quitaba la dimensión abstracta del género para profundizar en el drama humano y los personajes, añadir unas justas pinceladas de humor y cierto tono satírico y desplegar un portentoso sentido de la puesta en escena que encuentra nuevas ideas y hallazgos visuales casi a cada nueva secuencia.
William Atherton y una chispeante Goldie Hawn huyen de la cárcel y la policía junto al agente secuestrado que interpreta Michael Sacks al encuentro improbable con su hijo arrebatado mientras su aventura se va sobredimensionando hasta convertirlos en una pareja de héroes trágicos de clase obrera a la manera de los viejos forajidos de los años de la Gran Depresión. Para la ocasión, John Williams encontró en una formación escueta (apenas nueve músicos, entre ellos los guitarristas Tommy Tedesco, Dennis Budimir y Al Hendrickson, la bajista Carol Kaye, el pianista Mike Lang y los percusionistas Joe Porcaro, Larry Bunker y Emil Richards, todos ellos entre los mejores músicos de estudio de Los Ángeles en aquellos días y conocidos como ‘The Wrecking Crew’) y en la música de raíz sureña las señas de identidad de una banda sonora grabada de manera orgánica en muy pocas sesiones y que se define también como un personaje más de la historia desde el protagonismo de la armónica, interpretada por el virtuoso jazzista belga Toots Thielemans (1922-2016), en su tema principal, pero que también recoge el testigo y las técnicas contemporáneas de compositores como Jerry Goldsmith y Jerry Fielding en algunos pasajes de acción y tensión marcados por el piano o la percusión asociados a la policía o los mercenarios ocasionales que persiguen a la pareja.
No son muchos los temas y desarrollos de esta memorable banda sonora felizmente recuperada en su integridad junto a materiales que no fueron finalmente incluidos en el filme, también las variaciones y piezas de fondo de aire country, folk, blues o incluso funk que suenan de manera diegética en la radio del coche o en un drive-in donde se proyecta una película de dibujos animados. En casi todos ellos la melodía en la armónica funciona a la vez como timbre melancólico y premonitorio del destino de los personajes y como marca sonora de un paisaje y unos tipos arraigados en ciertas esencias del Sur Norteamericano. Raíces y drama humano que suenan en un formato a pequeña escala, con leve refuerzo ocasional de las cuerdas para insuflar cierta calidez o intensificar los momentos dramáticos del tramo final y que tiene también al bajo eléctrico o las guitarras acústicas o slide como colores distintivos.
Durante todos estos años, la música de Loca evasión nunca había podido escucharse completa fuera de la película más allá de la breve suite de apenas cuatro minutos arreglada por el propio Williams para el álbum The Spielberg/Williams Collaboration grabado con la Boston Pops en 1991. Gracias al reciente proceso de restauración del filme en 4K, el historiador y especialista Mike Matessino, responsable también de las ediciones restauradas de numerosas bandas sonoras del tándem, ha conseguido al fin recuperarla, editarla y remasterizarla en los Estudios Skywalker a partir de las cintas originales de los archivos de Universal Pictures. El sello La-La Land lo ha sacado al mercado hace apenas dos semanas con una primera tirada de 5.000 copias que incluye unas estupendas notas del propio Matessino sobre la música y su proceso de recuperación y una no menos evocadora portada vintage de Jim Titus.
Tras el relativo fracaso de la película en taquilla y entre la crítica, también en la temporada de premios, la siguiente colaboración entre el cineasta y el compositor marcaría un hito en la historia del cine y también en la música cinematográfica: el 20 de junio de 1975 se estrenaba Tiburón y con ella llegaba una banda sonora que definiría para siempre el sonido del peligro y la amenaza con apenas dos notas.
Mike Matessino, tesorero del legado
El productor e historiador musical Mike Matessino se ha convertido en el principal artífice de las restauraciones de bandas sonoras históricas. A él le debemos las ediciones completas y remasterizadas de varios hitos de la colaboración Williams-Spielberg en diferentes sellos como La-la Land, Intrada, Varèse Sarabande, Mondo o Quartet Records: Tiburón, Encuentros en la Tercera Fase, 1941, E.T., El Imperio del Sol, Always, Hook, Jurassic Park, La lista de Schindler, El mundo perdido, Amistad, Salvar al Soldado Ryan, Inteligencia Artificial, Minority Report o La guerra de los mundos.
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