Otras voces, otros ámbitos

El pianista italiano Enrico Pieranunzi presenta un álbum en formato de cuarteto junto a excelentes exponentes del jazz norteamericano actual.

El pianista Enrico Pieranunzi (Roma, 1949), figura de referencia del jazz italiano y europeo.
El pianista Enrico Pieranunzi (Roma, 1949), figura de referencia del jazz italiano y europeo.
Salvador Catalán

27 de diciembre 2015 - 05:00

PROXIMITY. Enrico Pieranunzi / Matt Penman / Ralph Alessi / Donny McCaslin CamJazz / Distrijazz (2015).

El rico panorama del jazz italiano tiene en Enrico Pieranunzi a uno de sus representantes más valiosos. Su proyección internacional ha contribuido a revalorizar al jazz transalpino más allá de las fronteras europeas, ensanchando las rutas fijadas por sus precursores (Giorgio Gaslini, Gianluigi Trovesi o Enrico Rava) y desbrozando otras para los relevos (Paolo Fresu, Stefano Bollani o Stefano Battaglia). Sus respectivas lecturas del ámbito improvisador han enriquecido enormemente el bagaje histórico y presente de un género en el que el pianista goza de posición privilegiada.

Nacido en Roma en 1949, Pieranunzi estudió música clásica, lo que dejaría una profunda huella en su carrera que lo llevó en 2008 a grabar un disco dedicado a uno de sus compositores favoritos, Domenico Scarlatti. Esta impronta contribuiría a la gestación de un pianismo en sus comienzos disperso aunque volcado más tarde en una redimensión más ortodoxa de la relación entre elegancia y dinamismo, en especial a partir de su encuentro con la música de Bill Evans. Durante los 80, Pieranunzi firmó trabajos junto a gigantes como Chet Baker o Art Farmer e inició su íntima relación con uno de sus formatos predilectos: el trío. Primero con el Space Jazz Trio, del que también formaron parte otros ilustres del jazz de su país como Enzo Pietropaoli o Fabrizio Sferra, y más tarde con una fructífera asociación con los norteamericanos Marc Johnson (contrabajo) y Joey Baron (batería).

Desde entonces, Pieranunzi ha vuelto una y otra vez a esta estructura convirtiéndola en un laboratorio de ideas desde el que expandir tanto su propia partitura como la de reverenciados autores de la dimensión de Wayne Shorter o sus compatriotas Nino Rota (generosamente representado en su Fellini Jazz de 2003) o Morricone, a quien dedicó dos aplaudidos trabajos en 2002 y 2004. Sin descartar sus proyectos en piano solo, dúo o quinteto, ha potenciado desde entonces su presencia a la cabeza de un trío por cuya formación fueron desfilando colegas de la dimensión de Charlie Haden, Paul Motian y, en un ámbito más cercano, Hein Van de Geyn o André Ceccarelli, y que lo consolidó sobre los escenarios de los mejores festivales y clubes del mundo.

Su trayectoria ha crecido asociada a sellos de nivel como Soul Note, Enja, EGEA y, más recientemente, CamJazz con cuya etiqueta suscribió soberbios trabajos -sí, en trío; con Johnson y Baron- del peso de Ballads (2006) o Live in Japan (2007). La relación con el sello aún perdura y parece que con intensidad análoga a la de anteriores proyectos aunque sin dar la espalda a renovadoras vías de expansión de su propuesta: la más reciente se titula Proximity y presenta a nuestro protagonista liderando un cuarteto del que forman parte unos colegas norteamericanos instalados en la plataforma más atractiva del jazz contemporáneo: el trompetista y cornetista Ralph Alessi, el saxofonista Donny McCaslin y el contrabajista Matt Penman integran este nuevo contexto instrumental donde la música de Pieranunzi se hace con el papel de protagonista exclusiva incentivando, de paso, un relevo generacional en sus intérpretes.

Ocho son las composiciones del pianista que conforman un guión registrado en Nueva York en abril de 2013 e interpretado por un cuarteto liberado, a priori, del corsé rítmico de la batería. En efecto, las líneas melódicas imponen su criterio en un repertorio que oscila entre el lirismo del inicial In(Canto) o el tono melancólico de Simul, con protagonismo compartido en ambos por la trompeta de Alessi y el piano del líder, y el arreglo rítmico de Line for Lee donde el papel de Penman pide relevancia ante la ausencia percusiva. El siempre convincente McCaslin reclama su parcela en Sundays sin apartarse de esa textura temperada y calmosa que caracteriza la primera parte de un álbum que gana en dinamismo conforme avanza. Así, mientras que No-Nonsense arroja luz sobre una rítmica más activa, el tema que le da título propicia un diálogo a cuatro voces con resumen a cargo de piano y contrabajo. En el cierre, Five Plus Five recupera el espíritu del be-bop para exponer al unísono y jugar a los contrastes luego con una liberación armónica y distensión rítmica que denota la autonomía presente en tan notable sesión.

Los más insaciables seguidores del maestro italiano no hallarán razones para la queja ya que también pueden acudir ahora a Tales from the Unexpected, un disco en directo junto al contrabajo de Jasper Somsen y la batería de André Ceccarelli, recién publicado por el sello alemán Intuition dentro de la serie European Jazz Legends.

stats