La viola da gamba fija su residencia en Sevilla
La escuela iniciada en la ciudad hace dos décadas por Ventura Rico justifica sobradamente el programa de actividades paralelas
Por tercera vez, el Festival de Música Antigua de Sevilla programa una semana dedicada a la viola da gamba, un instrumento que nació en la España tardomedieval y que recorrió triunfalmente Europa entre los siglos XVI y XVIII para esfumarse tal y como había venido a causa de los cambios sociales y estéticos ocurridos en Europa en la segunda mitad del Setecientos, permaneciendo muda en la práctica magistral hasta su rescate doscientos años después.
La escuela de viola da gamba que en Sevilla ha creado Ventura Rico en las dos últimas décadas ha convertido a la ciudad en uno de los centros mundiales del instrumento, lo que justifica de sobra las actividades programadas, que este año se componen de cinco conciertos, una exposición y taller de lutería y una serie de clases magistrales (gratuitas para los alumnos que se inscriban), que ofrecerán cuatro de los solistas que participan en los recitales: Ventura Rico, Nima Ben David, Rodney Prada y Juan Manuel Quintana.
Las posibilidades de la viola como instrumento a solo son presentadas en los conciertos que ofrecen la israelí Nima Ben David y el argentino Juan Manuel Quintana, que coinciden en programar a algunos de los principales forjadores de la escuela de viola francesa, Monsieur de Machy y Jean de Sainte-Colombe. Quintana plantea su recital como un paseo por las diferentes generaciones de violistas franceses del XVII, partiendo de Du Buisson y terminando en Marais y en el hijo de Sainte-Colombe, y hace un excurso por la obra del alemán Dietrich Stoeffken. Por su parte, Ben David no solo se acerca a la escuela inglesa (Hume) y alemana (Telemann, Abel), sino que ofrece música contemporánea escrita para la viola, en este caso la del músico francés Philippe Hersant.
Los recitales de dos violas no son muy habituales, lo que da gran interés al concierto que ofrecerá Vittorio Ghielmi junto a uno de sus grandes discípulos, el costarricense Rodney Prada, y que se acoge al concepto siempre abierto y desprejuiciado del músico italiano, en el que la improvisación y los arreglos juegan siempre un papel importante. Esta vez, no solo podrá escucharse música de las diferentes escuelas europeas (Sainte-Colombe, Finger, Simpson, Schaffrath), sino incluso arreglos de los dúos para violín de Béla Bartók.
El recital de Ventura Rico y Vie sul Mare presenta una nueva faceta de la viola, la de su uso en la música de cámara, en este caso con Sonatas de Buxtehude y Schenck, típicas del conocido como stylus phantasticus, y, en una segunda parte, absolutamente opuesta en carácter, con cuartetos del compositor francés Louis-Gabriel Guillemain, adscritos al estilo galante. Finalmente, Jordi Savall ofrece con Hespérion XXI la cara más exuberante de la viola, como parte de los grandes consorts de instrumentos de la misma familia, que el genial músico catalán utiliza para hacer un recorrido variadísimo en estilos, épocas y países por la creación europea.
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