Vicente Escudero, flamenco, vanguardista y añejo
Flamenco
Tras su paso por Granada y Valladolid, el Espacio Santa Clara de Sevilla acoge hasta el mes de enero la mayor exposición realizada sobre el polifacético artista vallisoletano
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El pasado jueves se inauguraba en el Espacio Santa Clara la muestra Coreografía. Bailes y danzas de Vicente Escudero. Medio millar de piezas que nos acercan a Vicente Escudero (1888 -1980), una figura clave, sin duda, para entender la evolución del baile flamenco en las últimas décadas.
No es la primera exposición que Sevilla le dedica a este polifacético artista, si bien las anteriores –una en la sede de la Caja San Fernando (hoy Fundación Cajasol) en 2000 y otra en este mismo convento de Santa Clara, en el ámbito de la Bienal de Flamenco de 2012– han estado centradas en su faceta de pintor y dibujante. Una faceta crucial y un auténtico legado coreográfico ya que Escudero bailaba también dibujando y clasificaba sus dibujos por bailes, otorgándole una especial importancia a la seguiriya, que él bailó por primera vez, con los brazos en alto, en los años cincuenta del pasado siglo.
Comisariada por Pedro G. Romero con la asistencia de Joaquín Vázquez, de BNV, y coproducida por el ICAS, el Centro Federico García Lorca de Granada y el Museo Patio Herreriano de Valladolid,Coreografía. Bailes y danzas de Vicente Escudero, la mayor de todas las exposiciones realizadas hasta el momento, ofrece por primera vez una visión completa, a 360º, de uno de los artistas más atípicos y enigmáticos de la historia del flamenco.
Bailaor, bailarín, coreógrafo, pintor, escritor, cantaor, conferenciante y actor, Escudero ha sido y sigue siendo un referente fundamental tanto para los bailaores más vanguardistas, como Israel Galván, cuyas semejanzas con el maestro se pueden observar de primera mano en una filmación presente en la muestra, como para aquellos que se rigen por una tradición que, en realidad, nunca fue escrita ni probada, siendo el flamenco un arte vivo que se ha transmitido de manera personal de generación en generación.
Parte de esa tradición que muchos invocan, eso que numerosos aficionados llaman baile antiguo, según afirma el comisario de la muestra, Pedro G. Romero, no fue más que un invento de Escudero, que pasó tres años en el Sacromonte granadino, rescatando bailes y cantes menos conocidos y perfeccionando un nuevo concepto del baile gitano (para él sinónimo de baile flamenco). Unas ideas que él mismo cristalizó, entre otras cosas, en tres ensayos: Mi baile (1947), Pintura que baila (1950) y el Decálogo del buen bailarín (1951). Textos esclarecedores de su pensamiento que fueron reunidos en 2017, junto a otros menores, en un solo volumen por la editorial Athenaica.
Vicente Escudero nació en Valladolid, en cuyas calles creció junto a sus amigos gitanos, zapateando sobre las bocas de riego y obsesionado por el ritmo ya desde sus primeros años. Autodidacta al principio, muy pronto inició una andadura profesional que lo llevaría en pocos años de las ferias de los pueblos vecinos a los principales tablaos de España y de estos, en 2012, hasta el París de las vanguardias, donde formó compañía con su compañera de bailes y fatigas, Carmita García, y pasó veinte años rodeado de artistas como Picasso o Toulouse Lautrec.
En París se empapó sin duda de los aires cubistas y dadaístas que soplaban por aquellas latitudes, pero es justo reconocer que sus experimentos con el ritmo venían de mucho más atrás. Entre ellos, se cuenta su famoso baile de los motores, que en realidad, aclara Romero, no eran dos motores sino una dinamo doble.
También obtendría grandes éxitos en sus tres giras por los Estados Unidos, llegando a bailar una pieza en silencio durante cinco minutos, mucho antes de la llegada de John Cage y otros disidentes de lo establecido en aquel momento tanto en la música como en la danza. En Nueva York fue calificado como el mejor bailarín del mundo mientras en España era aún casi un desconocido.
Pero fue en París donde, el 25 de mayo de 1925, interpretó por primera vez el papel de Carmelo en el estreno de El amor brujo, de Manuel de Falla –uno de sus títulos más celebrados a lo largo de su carrera– con la compañía de La Argentina, a quién siempre consideró su maestra y con la que pensaba realizar otros importantes proyectos que se vieron truncados por la prematura muerte de la artista en julio de 1936.
De hecho, la relación entre Escudero y La Argentina está muy presente en la muestra ya que, como relata el comisario, “el vallisoletano, a quien le habían propuesto en primer lugar dirigir la célebre obra de Falla, consciente de que no estaba preparado aún para esa tarea, se dejó dirigir por Antonia Mercé, de la que aprendió mucho de lo que luego desarrollaría con su propia compañía”.
De todo ello aparecen testimonios, efectivamente, en esta gran exposición monográfica que se puede ver en los Dormitorios alto y bajo del espacio de la calle Becas y que está compuesta por fotografías, algunas prendas de vestuario, películas, documentos, carteles de la época –algunos diseñados por el propio Escudero– y objetos varios, como las famosas castañuelas de metal que tocaba.
Entre otros muchos objetos, las citadas castañuelas y más de medio centenar de dibujos y pinturas proceden de la colección particular del maestro y ex bailaor utrerano José de la Vega, que estuvo presente en la inauguración junto a dos sobrinos nietos del artista, a Laura García Lorca, directora del Centro García Lorca, a la delegada de Cultura del Ayuntamiento, Minerva Salas, y a otras personalidades del mundo del flamenco.
Medio millar de piezas que Romero ha sintetizado en cinco áreas que recorren Lo nuevo y lo viejo, El amor bujo, el Molinero, Los bailes primitivos flamencos, La seguiriya, Decálogo y Flamenco de Castilla.
Uno de los mayores atractivos de este completo recorrido será para muchos aficionados la posibilidad de ver, en movimiento,el baile de este vallisoletano que se retiró de los escenarios en 1969. Entre las filmaciones de la muestra destacan fragmentos de dos películas, una de ellas cedida por la Filmoteca Francesa, que nos permiten admirar las cualidades de un Escudero en la cima de su carrera, así como una grabación inédita, realizada con su propia cámara, que nos muestra el baile de algunas niñas del Sacromonte en un concurso de baile infantil que tuvo lugar en Granada en 1932.
Coreografías. Bailes y danzas de Vicente Escudero, llega a Sevilla tras su paso por Valladolid y Granada, donde fue inaugurada en junio de 2022 con motivo de la celebración del centenario del célebre Concurso de Flamenco. Un acontecimiento internacional del que Escudero, junto con Falla, Lorca y otros, tuvo un relevante papel.
La exposición, con entrada gratuita, podrá verse hasta el 14 de enero en el Espacio Santa Clara de martes a sábado de 11:00 a 20:00, domingos y festivos de 11:00 a 14:00 y lunes cerrados (excepto festivos).
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