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"Si viajas al pasado puedes ver el futuro"

Capsula. Grupo de Música

El viernes, coincidiendo con su edición oficial, Capsula presentará su nuevo disco, 'Phantasmaville', con un concierto muy especial en la Sala X

Capsula, en una imagen promocional. / Lucía Colom Porrero

Capsula –con o sin tilde, va en gustos- más que una banda de rock al uso es una serpiente de dos cabezas que se mueve entre los pantanos del punk, de la psicodelia, del glam, del rock de garage y del más duro y clava sus afilados colmillos de forma ecléctica aunque no indiscriminada tanto en Bo Didley y Spinetta como en Lynch y Cocteau. Compañeros en la vida y en la música, Coni Duchess y Martin L. Guevara le dieron forma allá por 1997 en Buenos Aires y después de dos discos se vinieron en el año 2002 a Bilbao, donde mantienen cada vez más en alza una reconocida trayectoria que pasa por otra decena de discos y giras de conciertos muy recordados que les han traído a Sevilla varias veces, tanto en su forma, llamémosle, oficial como reencarnados en arañas de Marte, a mayor gloria de Ziggy Stardust. En la actualidad son un excitante trío al que se ha unido Álvaro Olaetxea respaldando con su batería el bajo y la guitarra, respectivamente, de Coni y Martin y las voces de ambos, y será con esa formación con la que vengan a la Sala X para dar el concierto de presentación de su decimotercer disco, Phantasmaville, este viernes, precisamente el día en el que se edita. Hablamos de ese nuevo disco con Coni.

-Ahora que comienzan ustedes una nueva gira, con las restricciones casi superadas, les parecerá mentira, ¿no? ¿Ha sido casualidad que el día de la edición oficial del disco coincida con el concierto de Sevilla, o hay algún motivo concreto para ello?

-Es una alegría inmensa volver a los conciertos. Volver a encontrarnos en cada ciudad y bailar. Son sensaciones necesarias. Sevilla es una ciudad muy especial para nosotros. Vivimos grandes momentos y tenemos muy buenos recuerdos, especialmente con los amigos de Monkey Week y muchas bandas impresionantes. Así que estar tocando en Sevilla el mismo día que se estrena el disco mundialmente va a ser glorioso.

-No recuerdo si otras veces han hecho ustedes giras o dado muchos conciertos en los que primasen las canciones nuevas, las que el público asistente a ellos todavía no ha tenido la oportunidad de conocer, como va a ocurrir en este caso, que solo han adelantado Behind the trees. ¿Que ocurra esto supedita de algún modo la forma o el fondo del concierto? ¿Qué va a ofrecer Capsula en Sevilla?

-Será un concierto especial. Tocaremos las canciones de Phantasmaville al completo, más una selección de canciones de toda nuestra discografía anterior. También tendremos algunas sorpresas e invitados especiales que admiramos muchísimo como Alvaro Suite y Esteban García. Será una noche inolvidable.

-Ya que sale a colación un músico local como Alvaro –sin tilde, cuestión de su gusto personal-, durante la pandemia nuestro también músico vecino Kiko Veneno compuso una canción llamada Días raros sobre la observación de una ciudad vacía, fantasma. El disco de ustedes lleva ese título de Phantasmaville, así como una de las canciones que incluye, Ciudad fantasma. En su canción Kiko termina acostumbrándose a la situación e incluso la llega a disfrutar; no parece el caso de ustedes, en el que solo disfrutan los fantasmas… ¿qué piensa de esa disparidad de visiones?

-Qué genial. En Capsula somos un grupo de carretera y muchas veces las ideas de las canciones surgen desde la visión a través de la ventana de la furgoneta, con el sonido del motor constante y nosotros mismos sentados como si fuésemos espectadores en el cine o en un teatro. Esta vez, desde la ventana estaba todo quieto y en silencio. La furgoneta era un edificio que no se movía. Y la pantalla del móvil con sus noticias y números, día a día, era la voz autorizada en ese silencio de la ciudad. Fue un momento Blade Runner, donde los fantasmas de los que hablamos son más bien fantasmas del futuro, hologramas que podrían surgir desde aparatos electrónicos. Invadió lo irreal. Nos imaginamos entonces al músico y cantante argentino Moris observando esa situación y escribiendo una canción, un rock and roll malevo. A partir de ahí notamos cierta posibilidad de ubicarnos en cualquier parte del tiempo, ya que hubo una momentánea confusión con la duración de los días y las noches, no sé si a vosotros os pasó lo mismo… esa confusión la tomamos como una experiencia nueva, una apertura a algo, con lo cual en ese sentido coincido con el gran Kiko Veneno, es posible disfrutar el viaje en el tiempo.

"Las ideas nos vienen con la furgoneta en movimiento. Pero con la pandemia la furgoneta se volvió un edificio que no se movía"

-¿Todas las canciones del disco son fruto de la pandemia, del miedo o la incertidumbre? Hablan de dolor, de que nadie nos escucha, de no poder sentirse libre, de soledad, de fracaso… dicen explícitamente que no hay un mañana, que todo es mentira… ¿De verdad piensan que no hay esperanza para nosotros? ¿Retomar esta cierta normalidad no les hace ser más optimistas?

Cuando escribimos las canciones dejamos correr las palabras, los sonidos, las onomatopeyas. Y al escribir juntos en colaboración surrealista se mezclan las visiones. Con el tiempo ya nos conocemos y sabemos que Martín es eléctrico, pero sus letras son súper oscuras y hablan de sensaciones y experiencias a veces asfixiantes. Mis contribuciones a las letras siempre son desde personajes ficticios e imágenes, prestándole mucha atención a las sílabas y sus sonidos, más que al significado de la letra. Son distintas formas de expresarse uno y otro, pero esa combinación extraña da un resultado que es Capsula. Como juntar un pájaro con un reptil y tenéis un dragón volador. Así escribimos. Pero sabiendo que hacemos ficción. Lo que si creemos importante es probar combinaciones de ideas para abrir posibilidades que luego puedan existir en el día a día. Y hablas de la esperanza y la frase Esperanza Ultima Dea está en el disco. Es uno de los conceptos más bellos que le pertenece a la humanidad, a cada uno de nosotros. Un regalo precioso que viaja en el tiempo. Hay canciones que hablan de ello de alguna manera, pero las palabras a veces se leen del derecho y otras veces del revés. No lo hemos inventado nosotros. Así se leen los antiguos textos de la humanidad. También de arriba hacia abajo y al revés. Es fantástico que existan y crezcan múltiples posibilidades. Eso intentamos con el sonido. Nada nos impide realizar cabalgatas cósmicas tratando de pillar “eso” y mezclarlo con sonidos de psicodelia, fuzz, punk, guitarras y rock and roll.

-En el disco anterior, Bestiarium, hablaban ustedes de bestias a las que temer, más cercanas a ese dragón volador que mencionaba, criaturas malditas, pero irreales, imaginarias ¿se convirtieron en reales después de vivir un año en su disco y conciertos? Adentrarse en los infiernos de la conciencia humana a través de un disco no es lo mismo que hacerlo realmente, como ha sucedido en estos últimos meses, ¿cómo han salido de la experiencia y qué les ha enseñado?

-Bestiarium fue premonitorio en la temática, con un sonido post-punk y psicodelia oscura. Inclusive durante los conciertos antes del pogo decíamos: Somos la última generación en la tierra que podemos tocarnos. No pensamos que sería en los meses siguientes, pero es una muestra más sobre cómo las bestias imaginarias pasan a ser reales. Inclusive gracias a bestias imaginarias fue posible mantener imperios durante siglos. Es fascinante. Hoy en día, como estamos conectados todo el mundo todo el tiempo, las bestias duran menos, las descubrimos más rápido. De alguna forma estamos viajando en el tiempo constantemente, sobre todo al escuchar música. Son nuestros gusanos negros. Sobre eso iba también Bestiarium: si viajas al pasado puedes ver el futuro, aunque sea con los ojos entreabiertos y escuchando rock´n´roll.

-Retomando lo que le preguntaba antes sobre los textos de este Phantasmaville, le pregunto ahora si este disco nuevo es un exorcismo para expulsar a las bestias del interior de ustedes o una muestra de que son ellas las que han vencido…

-Con Phantasmaville vamos a más, entendemos algo sobre bestias. En este disco ya tenemos brújulas, hemos redibujado mapas, estamos con material de navegación nuevo. Y esa idea de navegación nos separó de la costa con sonidos y guitarras surf como si se tratase de un viaje desde la Patagonia hacia México por el Océano Pacífico. Y mucho ritmo con los parches de la batería.

-A mí el disco me ha gustado mucho, creo que ha madurado el hard-rock que estaba presente en Bestiarium, ¿pretenden mantener ya un hilo conductor reconocible disco a disco, evolucionando más que mutando?

-La evolución de disco a disco se da de una forma natural, ya que mantenemos el espíritu de búsqueda incansable, de sonidos y conceptos. Después de tantos años y trece discos creemos que hemos logrado un sonido identificable y personal.

-Despidamos la charla hablando del futuro. ¿Qué espera usted de él?

-Más viajes en el tiempo. El futuro lo es todo, a veces pensamos que estamos viviendo en el futuro. ¡Nos vemos en la Sala X!

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