La vergüenza de una nación
Crítica de Cine cine
La ficha
'I am not your negro' Documental, EEUU-Francia, 2016, 93 min. Dirección:Raoul Peck. Guion: R. Peck a partir de los textos de James Baldwin. Fotografía: H. Adebonojo, Bill y Turner Ross. Música: Alexei Aigui. Cine: Cinesur Nervión Plaza.
James Baldwin (1924-1987) es la figura menos conocida de aquella poderosa triada de líderes (políticos y morales) de la lucha por los derechos civiles de los afroamericanos en los Estados Unidos de los años cincuenta y sesenta. Suerte de tercera vía entre el impulso pacificador de Martin Luther King y el modo más directo y violento de Malcolm X, figura de perfil incómodo (era homosexual, laico y había vivido varios años en Francia), Baldwin demostró en sus escritos e intervenciones públicas, muchas de ellas recogidas en este importante documental, un tono intelectual elevado, apasionado, claro e incluso lírico, así como un entendimiento del conflicto social en unas claves históricas, psicoanalíticas y económicas que volcaban sobre la supremacía blanca la vergüenza del relato del progreso de una nación hundido en las raíces del crimen, la esclavitud, la explotación y el racismo.
A partir de su propio proyecto inconcluso sobre tres figuras del movimiento asesinadas (Medgar Evers, King y X), y en la voz de Samuel L. Jackson, I Am Not Your Negro encarna la poderosa y hermosa prosa de Baldwin en un ensayo documental que atraviesa la historia de la causa negra estadounidense sin visos de conclusión satisfactoria y con un mensaje político suficientemente agitado, frontal e inconformista como para seguir incomodando a unos y otros en su análisis, predicciones y conclusiones, inscritas en pleno ocaso de la era Obama y ante el resurgir de las peores pesadillas xenófobas con la nueva administración Trump.
La voz de Baldwin (Jackson) se eleva, acompasa e ilumina así un portentoso trabajo de montaje de materiales de archivo con el que Raoul Peck (Lumumba, Meurtre à Pacot) trenza conceptos, imágenes y tiempos, con especial atención a esa doble vía abierta entre las representaciones estereotipadas del negro hechas desde la cultura popular blanca (especialmente en el cine) y la violencia real ejercida desde las instituciones, los diferentes gobernantes (empezando por los Kennedy) y sus fuerzas del orden.
Ni activista de salón ni pantera negra de guante de cuero y metralleta, Baldwin emerge aquí como una lúcida conciencia ética y estética, como voz civil dispuesta a batirse contra los fantasmas de la (su) nación en un terreno frente al que difícilmente cabe otra réplica que la vergüenza. Entre sus ideas, sus textos y el brillante trabajo de collage y resonancias de Raoul Peck, I Am Not Your Negro quedará no sólo como una gran película, sino como todo un gran gesto político.
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