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flamenco | nueva etapa de la compañía pública andaluza
Sevilla/Tras un largo camino, en 1994 la Consejería de Cultura creaba el Centro Andaluz de Danza y, con él, la Compañía Andaluza de Danza, un proyecto ilusionante y bien estructurado que, con Mario Maya al frente, quedaba abierto a todos los coreógrafos y coreógrafas andaluces. El proyecto, que por distintos motivos no siempre ha visto cumplidos sus objetivos a lo largo de sus ya 22 años de historia, fue dirigido luego por María Pagés, José Antonio y Cristina Hoyos.
Cuando sobrevino la reciente debacle económica, la compañía pública, que desde la dirección de Hoyos pasó a llamarse Ballet Flamenco de Andalucía (BFA), se salvó de la muerte, pero a costa de una nueva reorganización. Así pasó a depender directamente del Instituto Andaluz del Flamenco y a funcionar mediante programas a corto plazo (con proyectos coreográficos que se eligen mediante una convocatoria pública) que no dejan de chocar en muchos aspectos con la naturaleza de todo proyecto cultural de relevancia -como lo es el BFA-, que debe estar basado en la continuidad y en las acciones a largo plazo.
En esta nueva etapa, y tras los proyectos de Rubén Olmo, de 2011 a 2013, y de Rafaela Carrasco, desde 2013 con una prolongación hasta 2016 para poder cumplir con el programa Lorca y Granada en los Jardines del Generalife, que el BFA asume los años pares, a finales del pasado año se elegía el titulado ... Aquel Silverio, de Rafael Estévez (Huelva, 1979).
Tal vez en el momento más maduro de su carrera, el onubense se entregó en cuerpo y alma al proyecto. "Tanto yo como mi compañero Valeriano estamos dedicados por completo al BFA, y nos faltan horas. No se puede estar en dos sitios a la vez y yo estoy donde quiero estar en este momento, consciente de que éste es el ballet de todos los andaluces. Nos presentamos porque nos apetecía la experiencia, y ello no significa ni un parón ni un paso atrás en nuestro proceso creativo. Nos encanta el flamenco en todas sus vertientes y si bien hemos dejado a un lado el perfil experimental iniciado con nuestra compañía, seguimos trabajando en lo que nos gusta y como nos gusta. En realidad, todos los trabajos que hemos hecho son diferentes. Sonata (con música del Padre Soler) no tiene nada que ver con La Consagración (con música de Stravinsky) ni ésta con Romances o con Bailables", afirma Estévez.
Rafael Estévez es la mitad de Estévez & Paños y Cía. (antes denominada Dospormedio), con la que no ha parado de crear, amén de dirigir espectáculos para otros (incluido Carlos Saura) y de coreografiar a grandes artistas como Rocío Molina o Antonio Canales. La otra mitad de este tándem difícil de superar es el bailarín y coreógrafo Valeriano Paños (Córdoba, 1976) quien, en un momento magnífico como intérprete, se ha incorporado al proyecto en calidad de Bailarín Principal, además de ser el coautor de la coreografía y de la dirección de escena del espectáculo. Se trata de un trabajo en el que ambos se equilibran a la perfección. Curiosamente, Paños fue el benjamín, con apenas 17 años, de la primera etapa de la Compañía Andaluza de Danza, la de 1994, junto a artistas tan relevantes hoy como Rafaela Carrasco, Isabel Bayón o Israel Galván. "Estoy contentísimo de trabajar con jóvenes con tanto talento y de los que aprender cada día", dice Paños, que también fue bailarín del Ballet Nacional de España.
Y es que a ambos les encanta trabajar con grupos grandes. Lo hicieron, a pique de arruinarse, con Sonata, con Flamenco XXI: ópera, café y puro y con La Consagración (Giraldillo a la Mejor Coreografía en la Bienal de 2012), para la cual, además de contar con Antonio Canales y Antonio Ruz, reunió un grupo de 14 jovencísimos intérpretes. "A veces el talento de los jóvenes queda escondido o infrautilizado por los egocentrismos de los directores o los coreógrafos. Yo me he propuesto trabajar por y para los bailarines, porque tenemos un elenco maravilloso y aunque también bailamos, no queremos que el Ballet dependa de nosotros; los protagonistas serán ellos, los nueve bailarines y cinco músicos que van a darlo todo en el escenario", insiste el director del BFA, que también tendrá que realizar la pieza lorquiana para el Generalife de Granada, en el verano de 2018 -que dice tener ya en su cabeza-, y desarrollar la vertiente formativa de su programa, el llamado Proyecto Cantera que en este momento constituye una de sus mayores ilusiones.
Por ahora, lo importante es que el proyecto ... Aquel Silverio se ha convertido en una realidad que verá la luz el próximo viernes día 24 en el Teatro Villamarta, inaugurando el Festival de Jerez. Un festival dedicado a la danza flamenca y española que ha apostado siempre por jóvenes talentos como Estévez y Paños, que se confiesan felices de estrenar en el festival que acogió, hace diez años justos, la primera pieza importante de su compañía, Muñecas. Diez años en los que han hecho cosas tan diferentes -casi todas de una enorme calidad- que la expectación por ver este estreno llevará a Jerez sin duda a un buen número de aficionados. Para todos ellos, aclara Estévez que "... Aquel Silverio es una fantasía coreográfica y musical actual donde el flamenco se alimenta de sí mismo, de su pasado y de su raíz, pero desde la perspectiva del siglo XXI. Un recorrido por la época en que vivió el gran cantaor, centrado en el cante, la música y el baile. Claro está que tendrá nuestro sello que es el rigor, la investigación, y sobre todo, un concepto que parte de nuestro centro, de nuestras vísceras, y que tratamos de desarrollar en la escena. Porque como dice uno de los textos que utilizamos en Romances (Giraldillo al Mejor Espectáculo de la Bienal de 2012): Quien viste de lo ajeno, desnudo suele quedar".
Además de uno de los grandes pioneros del flamenco, Silverio Franconetti (Sevilla, 1823-1889) fue picaor de toros y militar en América y, a su regreso, empresario del salón el Recreo y del célebre Café de Silverio, situado en la sevillana calle Rosario. Por ello, el público se verá trasladado a una plaza de toros, un café cantante o un salón de baile, y el espíritu del cantaor, así como el de la Macarrona, de alguna manera aparecerá en el espectáculo, "aunque siempre con la libertad de la fantasía -apostilla- porque no pretendemos recrear ni su biografía ni su época. Sí es cierto que hemos hecho un riguroso trabajo de investigación (a mí me encanta indagar en todo, soy un gran curioso) y hemos elegido un repertorio de cantes acorde con la época, y un vestuario en blanco, negro y gris, como muchas de las fotografías y de los grabados que hemos visto". Y cuando se le habla de las dudas de algunos sobre la flamencura del espectáculo, añade "... Aquel Silverio es un espectáculo absolutamente flamenco en el que se podrán ver y escuchar ritmos como la caña, la serrana, seguiriyas, cantiñas, cabales... Pero lo que no vamos a hacer a estas alturas es reducir el término flamenco, ni olvidar sus raíces y las fuentes que lo alimentaron, como la escuela bolera, de la que también habrá algunas pinceladas".
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