Los vampiros y hombres lobo llegan a España

David Slade presenta en Madrid la tercera entrega de la saga 'Crepúsculo'

Slade (centro), junto a Ashley Greene y Xavier Samuel.
Slade (centro), junto a Ashley Greene y Xavier Samuel.
Efe / Madrid

29 de junio 2010 - 05:00

Mañana se estrena en España la tercera parte de la saga Crepúsculo, Eclipse, el regreso al cine del mundo sobrenatural creado por Stephene Meyer donde conviven humanos, vampiros y hombres lobo y que, según su director, David Slade, "engancha" porque transmite "modelos" perdidos. "El mundo hoy se mueve en otra dirección, ya no hay modelos como el Che Guevara, los hemos perdido", opina Slade, mientras cree que los protagonistas de Eclipse, el vampiro Edward y el lobo Jake, "son metáforas de la pureza y de la humanidad".

El director británico, autor de cintas como Hard Candy o 30 días de oscuridad, visitó ayer Madrid para promocionar su nueva película, acompañado por dos de los actores, Xabier Samuel, que interpreta a un nuevo vampiro, Riley, y Ashley Green, la enigmática vampira con poderes Alice Cullen.

"No soy un jovenzuelo para adivinar por qué fascina -la saga a los jóvenes-, pero creo que es porque la película se dirige a ellos, a gente que está en un momento en el que nadie les hace caso" y también porque transmite unos modelos a seguir, consideró el director.

La tercera parte de la saga, más oscura y con mucha más acción que las dos entregas anteriores (Crepúsculo y Luna nueva), según Slade, ofrece nuevas aristas del trío formado por la humana Bella Swan (Kristen Stewart), el vampiro Edward Cullen (Robert Pattinson) y el hombre lobo Jacob Black (Taylor Lautner), pero siempre dentro de la moral chapada a la antigua de sus protagonistas.

"La relación entre Edward y Bella se rige por un modelo victoriano, no es cosa mía; trato de explicar en la película que el chico es muy romántico, pero no quiere acostarse con ella, y me parece muy bien transmitir esa idea de pureza hoy en día, porque la mujer, las chicas, están muy sexualizadas", explicó Slade.

"Me parece bien ese ritmo natural: es algo sano tener una relación que no te obligue a tener relaciones (sexuales) enseguida", argumentó el director, que se resiste a desvelar con quién de sus dos pretendientes acabará casándose Bella. "Eso depende de los gustos: uno es duro y frío y el otro muy caliente. Es una elección difícil", bromeó Slade en una rueda de prensa convertida en un sorprendente espectáculo de medidas de seguridad, prohibiciones (como no hacer preguntas personales) y controles (entre ellos, una cinta roja para separar actores y periodistas, alguno también disfrazado de vampiro).

"Sabemos que hemos tenido mucha suerte al hacer esta película", comentó por su parte Xabier Samuel, quien también aseguró sentir mucha responsabilidad al involucrarse en un proyecto como este, donde los fan "se lo saben todo". Desde su punto de vista, hay muchos motivos que pueden fascinar a ese público, pero destaca "que los temas son épicos: un amor eterno que puede llegar a matarte".

Greene, que vistió un delicado vestido color crema con un fular a juego atado al cuello, aseguró que Alice -una vampira que anticipa el futuro- es "lo más distinto" a ella y por eso le encanta: "es tan diferente a mí que hace que me tenga que esforzar mucho en crear el personaje".

Si tuviera los poderes de su personaje, Greene querría usarlos para saber cuándo van a poder controlar el vertido de petróleo de BP en el golfo de México, aunque tampoco desea tener esa capacidad: "si la tuviera me volvería loca", afirmó.

El equipo del rodaje, del que Slade destacó la fotografía del español Javier Aguirresarobe, al que confesó admirar, tuvo momentos complicados por la necesidad de acomodarse a las inclemencias del tiempo. "En los rodajes siempre deseamos el buen tiempo, pero aquí no podíamos tener a Edward resplandeciendo al sol", apuntó el director.

A esos inconvenientes, Greene añadió las escenas con los lobos, porque no estaban: se añadían después en postproducción. Y para la actriz lo más divertido fueron las peleas, en lo que coincide con Samuel.

En Eclipse, los gigantescos lobos y los temibles vampiros deben trabajar juntos contra un enemigo que acecha; esta vez, es la venganza la que mueve los hilos. Se queda abierto el camino hacia el final de la saga literaria Crepúsculo, que se convertirá en dos nuevas películas.

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