Una unión jubilosa
Ángel Corella y Ara Malikian. Danza: Ángel Corella, Carmen Corella, Dayron Vera, Kazuko Omori, Yevgen Uzlenkov y 24 alumnos del Centro de Danza Ángel Corella. Música: Ara Makilian y La Orquesta en el Tejado: Humberto Armas (codirector), Daniel López, Carlos Martín, Bernat Tortosa y David Barona. Coreografías: 'Blithe Wick' (A. Corella con música de Piotr Tchaikovsky), 'After the Rain' (Christopher Wheeldon - Arvo Pärt), 'Soleá' (María Pagés - Rubén Lebaniegos), 'Vortex' (A. Corella - Joan Valent) y 'Asueto' (A. Corella - A. Malikian y Humberto Armas). Lugar: Teatro de la Maestranza. Fecha: Sábado 13 de diciembre. Aforo: Lleno.
El pasado sábado, en el Teatro de la Maestranza, un público heterogéneo y jubiloso expresó con sus bravos y sus aplausos el gusto por una danza clásica muy castigada en este país, y no siempre por motivos económicos. El programa, bien es cierto, era absolutamente ganador ya que aunaba el trabajo de los bailarines con la música en escena del dinámico y siempre carismático Ara Malikian, acompañado de su ensemble de cuerda La Orquesta en el Tejado, una pequeña formación capaz de pasar de Tchaikovsky a Pärt sin perder un ápice de su estilo y su organicidad.
El espectáculo fue un sucederse de músicas y de movimiento, precedido por una esperanzadora exhibición de una veintena de niños y jóvenes del Centro de Danza Ángel Corella, un pequeño testimonio de que los relevos están preparándose en las aulas y de que la danza clásica no va a morir en este país. Paradójicamente Corella, que abandonara el American Ballet para crear aquí su propia compañía en 2008, tira la toalla absolutamente desilusionado por la falta de apoyos, y se vuelve a EEUU a dirigir el Pensilvania Ballet. De su recién disuelto Ballet de Barcelona trae consigo a cinco magníficos bailarines con los que está llevando a cabo esta apoteósica gira de despedida por todo el territorio español. Junto a él, su hermana Carmen Corella, la enérgica Kazuko Omori, Natalia Tapia, Yevgen Uzlenkov y el cubano de poderosa técnica Dayron Vera. Todos ellos tienen repetidas oportunidades de lucir su técnica, su expresividad en un aluvión de giros, piruetas, fuetés… Rápidos todos, músicos y bailarines, casi frenéticos en la Blithe Wick de la primera parte, que deja paso, en la segunda, al hermoso e intimista dúo de After the Rain, y a otras piezas más contemporáneas, en las que brilló el genio indiscutible del músico libanés de origen armenio. Entre las últimas coreografías, sólo una, fuera de programa -introducida tal vez como un regalo a Sevilla y su coreógrafa- se bailó con música grabada: Soleá, un bello dúo que María Pagés compuso para Ángel Corella en 2010 con la música y la guitarra de Rubén Lebaniegos, sus propios pies y la voz flamenca de Ana Ramón. Otra faceta de las muchas que domina Ángel Corella y un aliciente más para el disfrute de un público entregado que hizo repetir las últimas variaciones a los doce magníficos artistas que protagonizaron el espectáculo.
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