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Córdoba/La voz del último poeta de Cántico, Pablo García Baena, se apagó ayer a última hora de la tarde en Córdoba a consecuencia de una enfermedad respiratoria. La capilla ardiente se instalará hoy en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de su ciudad natal, desde las 12:00 hasta las 20:00, y el funeral se celebrará mañana. El escritor se fue en una fría tarde de domingo a los 96 años dejando más de una veintena de obras y siendo inspiración para varias generaciones de poetas de toda España. Fue premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1984, premio Reina Sofía en 2008, premio García Lorca en 2012, Hijo Predilecto de Andalucía, Medalla de Oro de la Ciudad de Córdoba y también de Málaga, provincia en la que pasó gran parte de su vida, y doctor honoris causa por la Universidad de Córdoba, entre otras distinciones, además de Autor del Año 2018 del Centro Andaluz de las Letras. Era el último poeta del grupo Cántico, que supuso una ruptura en el panorama cultural de su época.
En su trayectoria, García Baena (Córdoba, 1921) llevó a cabo una renovación de la lírica andaluza a partir de su propia tradición poética, en la que el barroco dialogó con la modernidad. No obstante, Cántico apostó por la recuperación de la imagen y la metáfora, retomando el camino que marcó Luis de Góngora. Una de sus últimas apariciones en público fue precisamente el pasado 14 de diciembre en la presentación en Córdoba del libro La tradición trascendida, en el que una veintena de expertos analizan el Grupo Cántico desde diferentes perspectivas.
El primero libro de Pablo García Baena, Rumor oculto, se publicó en 1946, aunque cuatro años antes había estrenado una versión teatral de la poesía de San Juan de la Cruz. Le siguieron las publicaciones de la revista literaria Cántico (1947-1949 y 1954-1957) que fundó con su amigo Ricardo Molina, los también poetas Juan Bernier, Julio Aumente y Mario López, y los pintores Miguel del Moral y Ginés Liébana; el conocido posteriormente como Grupo Cántico que serviría como puente entre la Generación del 27 y el grupo de los Novísimos para entender el desarrollo de la poesía española del siglo pasado.
En esos mismos años salieron a la luz Mientras cantan los pájaros (1948), o el célebre Antiguo muchacho (1950), que se ha convertido en uno de los epítetos que lo retratan. Tras una interrupción en su producción poética que duró de 1958 a 1971, en la que el poeta aprovecharía para viajar, publicó Almoneda (1971), Fieles guirnaldas fugitivas (1990, Premio Ciudad de Melilla), Impresiones y paisajes (1999), En la quietud del tiempo (2002), Los Campos Elíseos (2006) y distintas antologías de su poesía, incluyendo Poesía completa (2008), que recoge su obra desde 1940 hasta el mismo 2008.
Su producción en prosa, aunque menos extensa, está integrada por Lectivo (1983) El retablo de las cofradías (1985), Calendario (1992), Ritual (1994), Los libros, los poetas, las celebraciones, el olvido (1995), Vestíbulo del libro (1995), Zahorí Picasso (1999) y Córdoba (2009).
Un día importante para el poeta fue el 12 de mayo de 2015, cuando en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes depositó un legado personal cuyo contenido no quiso desvelar y que será guardado bajo llave durante 50 años, hasta 2065. "Unos textos míos y otras cosas que no quiero decir", señaló en un acto en el que afirmó: "No soy más que un poeta de provincias".
La noticia de su deceso conmocionó anoche al mundo de la cultura y los mensajes de duelo y cariño llegaron desde todos los ámbitos. La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, fue una de las primeras en mostrar sus "condolencias a familiares y amigos" por el fallecimiento de García Baena, "un cordobés grande, Hijo Predilecto de Andalucía, fundador del Grupo Cántico y renovador de la lírica andaluza. Su vida y obra quedan como legado y ejemplo de la poesía como motor para cambiar el mundo", dijo Díaz a través de Twitter. El consejero de Cultura, Miguel Ángel Vázquez, expresó también a través de las redes sociales que "nos deja una de las voces imprescindibles de la poesía en castellano: Pablo García Baena. Hijo Predilecto de Andalucía, Premio Príncipe de Asturias de las Letras y otras muchas distinciones para una trayectoria creativa muy fecunda".
El escritor cordobés Salvador Gutiérrez Solís destacó que "la poesía, la palabra y la belleza se tiñen de negro con el fallecimiento de Pablo García Baena, un cordobés y andaluz universal. Hasta siempre, maestro". Para Juan José Téllez, director del Centro Andaluz de las Letras, institución de la que el fallecido fue director emérito, "Pablo García Baena rindió culto a la belleza y la belleza lo premió".
Para el poeta Juan Antonio Bernier, "una virtud de García Baena es que nunca olvidó a sus compañeros de Cántico, siempre tuvo presentes a los que fallecieron antes que él en los reconocimientos que le hicieron a lo largo de su trayectoria". El autor, sobrino-nieto de Juan Bernier, manifestó que "Cántico y García Baena tuvieron una influencia muy importante en los Novísimos en los años 70, pero no hay ninguna generación posterior que no haya reconocido su maestría".
Pablo García Casado, poeta: "Ha muerto el padre de toda la poesía española"
"Era un hombre irrepetible, ha muerto el padre de todos nosotros, de los poetas cordobeses y también de toda la poesía española", indicó Pablo García Casado sobre García Baena, de quien dijo que es "el último referente de una generación que cambió la poesía española para siempre". En clave local, el también director de la Filmoteca de Andalucía manifestó que "a los poetas de mi generación nos llegó cuando ya habíamos iniciado nuestra carrera literaria y lo conocimos no sólo como maestro, sino como un poeta más. Él, de alguna manera, se reclamaba no desde el magisterio, sino desde la cercanía y la complicidad". García Casado destacó que "era la persona que puso la poesía cordobesa del siglo XX en el mapa nacional". Además, reconoció que lo que más le "maravilla" de García Baena es que "seguía en activo, no se sometía a ser una vieja gloria sino que ha estado escribiendo poesía hasta el final de su vida".
Juana Castro, poeta: "Para mí era el maestro de todo, de vida y de poesía"
La poeta Juana Castro aseguró sobre el fallecimiento de García Baena que "nos quedamos todos huérfanos; no nos hacíamos a la idea de que se iba a ir y, en este caso, la muerte es lo más natural del mundo pero también es injusta". "Para mí era el maestro de todo, de poesía y de vida", manifestó Castro, muy vinculada al Grupo Cántico. Además, destacó que el autor de Antiguo muchacho siempre participaba en todos los actos culturales a los que lo invitaban o le interesaban. La última vez que ambos coincidieron fue en Bodegas Campos en la presentación del libro La Navidad en Córdoba, el pasado diciembre, recordó la escritora, y añadió que "era tan grande y tan humilde a la vez".
Ginés Liébana, pintor: "Estaba a la altura de Picasso, Lorca y Falla"
"Pablo García Baena y Juan Bernier están a la altura de Picasso, Lorca o Falla", aseveró el pintor Ginés Liébana, miembro del Grupo Cántico. "A la belleza única para componer la metáfora que tenía Pablo y su elegancia para componer los versos procuro no ponerle adjetivos literales", señaló Liébana, que también destacó al poeta como memoria viva de su ciudad natal: "Nadie ha sido un cronista de Córdoba como Pablo; tenía el conocimiento de todos los detalles más íntimos del pasado". Liébana reconoció su fascinación por los poetas de Cántico: "A mí no me importaba no ser nada a su lado, sólo los admiraba".
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