La última plaga

Max es un tipo de lo más normal. Pescador, pasa los días y las noches en alta mar junto a sus compañeros, contemplando la silueta de la Gran Manzana. Sus planes de futuro eran simples: comprar una casa en el campo y, junto a su anciana madre, vivir lejos del mundanal ruido.

Pero sin previo aviso, un terrible golpe se asestó sobre el mundo. Al principio docenas, luego miles de personas estaban siendo víctimas de un temible virus que las convertía en violentos seres que parecían sacados de una vetusta película de Serie B, dejando atrás su humanidad.

Y así, de golpe y porrazo, la vida de este hombre se transformaría en una historia de supervivencia, huyendo junto a su madre de las hordas de langostas y, tras un inesperado percance, recogido y ayudado por uno de los pocos grupos de personas sin infectar que quedaban en New York, comandados por un hombre con una muy clara visión del problema al que se enfrentaban. Su nombre es Ford y con el paso de los días se iba a convertir en lo más parecido a un amigo en aquella situación que parecía salida de una pesadilla…

Aunque tal vez nada sea lo que parezca a simple vista.

Historia narrada en dos líneas temporales muy diferenciadas, en un futuro cercano encontramos a Max solo, herido y buscando con desespero y determinación a alguien. No cejará en su empeño y no va a parpadear llevándose por delante a quien sea.

Y es que el verdadero horror no proviene de las personas que han mutado, sino del corazón de las que aún están sanas y forman parte de un grupo de fanáticos religiosos, que piensan que esta plaga de langostas es el castigo que Dios ha enviado a una sociedad corrupta y pecadora.

A través de parajes helados, Max rastreará, enfrentándose a lo inesperado, con expeditiva violencia cuando es necesario. Su objetivo es solo uno, y no va a desfallecer por muy mal que se pongan las cosas.

Cuando lo perdemos todo nos aferramos a cualquier cosa, sin importarnos el riesgo que corramos para protegerla, y en esta historia de supervivencia, en la que los autores hacen que empatices con su protagonista desde las primeras viñetas, vamos a hacer un viaje a esa oscuridad que se oculta en el corazón de algunos hombres, maldad que les lleva a hacer actos inenarrables, que con labia y poder de convicción hacen creer a los que le siguen de su divina misión.

Al guionista italiano Massimo Rosi le conocemos bastante bien en nuestro país, ya que hemos podido disfrutar de varias obras firmadas por él, que son clara muestra de su versatilidad a la hora de narrar historias. Desde la espada y brujería de Barbarian King, a la aventura de tintes ecologistas Hijo de nadie, la pesadilla lovecraftiana de Vietnam Horror o un viaje muy especial al Japón feudal en Gaijin Salamander.

Junto a él, en este primer volumen de dos, Alex Nieto. Un dibujante que ha evolucionado en lo gráfico de manera brutal y magistral en los últimos tiempos, haciéndonos disfrutar de su arte en cómics como Refugiados: Viñetas solidarias, Beyond o La invocación de Ion.

En un mundo sin esperanza, tal vez sea la inocencia lo único que nos salve, y Max va a buscarla caiga quien caiga.