El Turina lírico cierra el ciclo en Sevilla en recuerdo de los setenta y cinco años de su muerte
El Joaquín Turina menos conocido, el de sus zarzuelas y óperas, protagoniza el próximo lunes 13 de enero el cierre de la Ruta Turina que a lo largo de varios meses ha recordado los setenta y cinco años del fallecimiento del compositor sevillano
Sevilla celebra al inagotable Turina
Desde el pasado mes de septiembre, con el apoyo municipal a través del ICAS y con la coordinación del músico y gestor cultural Rafael Ruibérriz de Torres, se viene desarrollando en Sevilla la denominada Ruta Turina. Con la participación de numerosas instituciones culturales, religiosas y musicales de la ciudad, han tenido lugar numerosos conciertos y mesas redondas en torno a la figura de Joaquín Turina con motivo del cumplimiento de los setenta y cinco años de la muerte del compositor sevillano. Al límite de la efeméride (Turina falleció en Madrid el 14 de febrero de 1949), el próximo lunes 13 de enero se cerrará el ciclo con un concierto en el Teatro Cajasol patrocinado por la Real Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría con la colaboración de la Compañía Sevillana de Zarzuela y el patrocinio de la Fundación Cajasol. Dicho concierto estará protagonizado por la soprano Aurora Galán y el pianista Javier Molina. En sus atriles se situarán fragmentos de una de las facetas menos conocidas del compositor nacido en la calle Buiza y Mensaque, al de su dedicación al teatro lírico. Se podrán escuchar fragmentos de óperas y zarzuelas como Pregón de flores, Jardín de Oriente, y Margot, además de sus versiones para canto y piano de cinco de las rimas de Gustavo Adolfo Bécquer, la Saeta en forma de Salve a la Virgen de la Esperanza, Cantares y la obra para piano Plazoleta de Sevilla en la noche de Jueves Santo.
Joaquín Turina sintió a lo largo de su vida una intensa atracción por el teatro y la música escénica. A sus dieciocho años, en Sevilla, compuso la ópera La Sulamita, con la inocente intención de estrenarla en el Teatro Real de Madrid. Sí consiguió estrenar en Sevilla, en 1904 y en el Teatro Cervantes, su zarzuela La copla y al año siguiente hizo lo propio, ya en el Teatro Moderno de Madrid con Fea y con gracia. En 1914, a su regreso de su larga estancia de nueve años en París, obtuvo un gran éxito con su comedia lírica Margot, que bien merecería ser rescatada por el Teatro de la Maestranza dada su ambientación mayoritariamente sevillana. A lo largo de los siguientes años insistió en otras composiciones para la escena, bien como música incidental, bien como óperas, la más importante de las cuales sería Jardín de Oriente, estrenada, ahora sí, en el Teatro Real el 6 de marzo de 1923. Ya en sus últimos años aún volvería sobre un proyecto de ópera titulado Pregón de flores con libreto de los hermanos Álvarez Quintero que no se llegaría a estrenar.
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