'Tríplex', un abrazo entre generaciones
Arte
Luis Gordillo, Miki Leal y Rubén Guerrero dialogan en una exposición en Santa Clara.
Los tres artistas han creado obras conjuntas para la muestra, que también incluye piezas individuales.
La ficha
‘Tríplex’. En la Sala Luis Gordillo del Espacio Santa Clara, hasta el 30 de abril de 2021. De martes a sábado, de 11:00 a 14.00 y de 17:00 a 20:00. Domingos y festivos, de 10:00 a 14:00
Según el diccionario de la RAE, el significado de tríplex se limita a una vivienda distribuida en tres pisos comunicados mediante una escalera interior, pero el arte, territorio de búsqueda, siempre ha esquivado la literalidad. Tríplex podría entenderse también, a partir de ahora, como un sinónimo de alianza e intercambio gracias a la muestra –llamada así– que acoge hasta el 30 de abril el Espacio Santa Clara, y que reúne a tres grandes nombres del arte sevillano: el veterano Luis Gordillo (1934) dialoga con Miki Leal (1974) y Rubén Guerrero (1976).
Tríplex se resiste igualmente a encajar en la categoría de exposición colectiva al uso, como apunta el comisario Sema D’Acosta. "Nunca pretendió ser eso", asegura el especialista, "sino el encuentro de tres personas que se conocen y se respetan". Así, la muestra exhibe piezas individuales de cada artista y pone a dialogar entre sí obras de los tres autores, pero este "abrazo intergeneracional", como lo califica D’Acosta, incluye –una variante que resulta novedosa– propuestas compartidas, creaciones homogéneas donde interactúan los sellos de cada uno. Un tríplex no es el cuerpo de Frankenstein al que cada pintor incorpora un miembro: es el resultado de una reflexión colectiva. "Un proyecto común", continúa el comisario, "que encontrara el equilibrio entre que cada uno mantuviera su estilo, su personalidad, y que el cuadro funcionara de manera global".
La muestra se programa precisamente en la sala que lleva el nombre de Luis Gordillo. El Premio Velázquez no pudo asistir a la apertura, pero sí estuvo en una retransmisión por Zoom junto a su mujer, Pilar Linares, vicepresidenta de la Fundación Luis Gordillo. "No piensen que soy un fresco que no ha ido porque sí", dijo con su habitual sentido del humor, "sino porque las circunstancias no recomiendan el desplazamiento de la gente mayor", se disculpó. Un dato aportado por Sema D’Acosta confirmó la "longevidad" del maestro: inauguró su primera exposición en Sevilla en 1959, en la Sala de Información y Turismo. "Hace más de 60 años, un tiempo en el que Sevilla, y la sociedad, y el mundo, han cambiado muchísimo, pero Gordillo ha seguido durante décadas, ha avanzado porque entre sus virtudes está la de la versatilidad. Pocos artistas han desarrollado una carrera tan larga: José Guerrero, Antoni Tàpies, Carmen Laffón o Antonio López estarían en la misma línea".
Gordillo no pudo visitar este jueves el Espacio Santa Clara, pero ya está allí y no sólo con su obra: su figura protagoniza el cuadro que se encuentra el visitante a la entrada, 1,2,3...Splash (Retrato de un amigo), en el que Miki Leal homenajea aquella mítica película de los 80 del mismo título que dirigió Ron Howard y un tributo también al universo de David Hockney. "Y debo agradecerle a Miki que me saca muy joven y muy atlético, como si tuviera 30 años menos", apuntó el pintor con esa socarronería que le caracteriza. A sus herederos los ve "jóvenes, pero ya maduritos. Están ya hechos. Y han conseguido el aplauso en el mercado y con la crítica, algo que, dado cómo está el mundo del arte hoy, es como si les hubiese tocado la lotería".
Hay admiración entre las distintas generaciones, pero también complicidad, calidez en el trato. "Si queremos que los maestros perduren, debemos implicarlos", sostiene D’Acosta sobre una muestra que es también una celebración de la pintura. "Aquí, en el trabajo de los tres, no es ningún argumento, ninguna representación de nada. Es una verdad autónoma", asegura un investigador para el que "la mejor pintura de España ha sido y es de Sevilla".
En un principio, cuenta Rubén Guerrero, "nos planteamos esto como un homenaje a Gordillo, que es un referente indiscutible, pero esa idea se fue enriqueciendo. Intentamos hacer la propuesta más amena, más participativa", recuerda. Surgió la opción de que crearan y firmaran conjuntamente piezas, esos tríplex que no se concebían como meros trípticos en los que cada uno se ocupara de su parte. "No teníamos muy claro cómo hacerlo, fuimos aclarándonos con el tiempo", admite Leal. "Luis hacía el primer modelo, y nosotros añadíamos algo más cada uno", explica sobre un proceso que se desarrolló entre Sevilla y Madrid, en los estudios de los tres pintores. "Había total libertad, pero también respeto. Nos llamábamos y nos preguntábamos: ¿Oye, te importa que cambie esto de aquí, que no me gusta?". "Y llegó un momento", añade Guerrero sobre la particular colaboración que entablaron, "que de tanto convivir con las obras de Luis y de Miki las sentí mías. Me sentí libre y pude intervenirlas". Gordillo, que siempre tuvo el espíritu joven –en 2012, por ejemplo, dialogó en el Cicus con otros autores como Fernando Parrilla, Abraham Lacalle y Miki Leal–, no puso reparos al intercambio. "Me ha encantado que metieran las manos en mis cuadros. No son intocables, ni mucho menos".
De esa creación conjunta, de la "aventura" de Tríplex, dejan constancia otros soportes: un documental que se puede ver en el canal de Youtube del Ayuntamiento de Sevilla, y un extraordinario libro que han diseñado Sara González y Happening Estudio y que ha contado con la impresión de Coria Gráfica.
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