La música de la Semana Santa en el Siglo de Oro
Música
Ministriles Hispalensis presenta este sábado en Cajasol 'Sacra Musicae', propuesta que recupera el acompañamiento musical de los cortejos procesionales de los siglos XVI y XVII
Los sonidos de la Semana Santa renacentista y barroca conforman el repertorio de Sacra Musicae, concierto que el grupo Ministriles Hispalensis ofrece este sábado (a las 20:00, entradas a 3 euros), dentro del ciclo Tramos de Cuaresma, organizado por la Fundación Cajasol.
El propósito de este trabajo es recrear la música de los cortejos procesionales de la Semana Santa de los siglos XVI y XVII. Para ello, la formación ha planteado un espectáculo itinerante, en el que se interpretan las piezas musicales –las llamadas coplas de ministriles– al tiempo que los músicos discurren por el patio y las arcadas de la Fundación Cajasol. "Nuestro grupo se circunscribe al espacio de Cajasol y se va desplazando alrededor de las arcadas para que el espectador imagine un cortejo procesional. Dando diferentes colores, diferentes texturas, diferentes ambientes… a lo largo de ese recorrido", apunta Ramón Peñaranda, integrante del grupo.
Para reproducir esta música procesional del Siglo de Oro, Ministriles Hispalensis cuenta con una serie de instrumentos como los sacabuches, la corneta, el bajón, la chirimía, el tambor destemplado o el órgano portativo –todos de gran valor histórico y desconocidos para el gran público–. Peñaranda explica el aspecto y el uso de cada uno de ellos: "El tambor destemplado se sigue usando en la actualidad y el resto de los instrumentos es lo que se llamaba la alta capilla española, con algunos más agudos y otros más graves. La corneta, para hacernos una idea, es una mezcla entre una flauta y una trompeta. Su nombre viene de cuerno, y por supuesto no tiene nada que ver con las cornetas de las bandas de Semana Santa de hoy día. Luego están los bajoncillos, que se parecen al fagot, aunque de distinto tamaño. Después, las chirimías serían los oboes –aunque coexisten unos y otros a finales del siglo XVII–. Respecto de los sacabuches, vamos a emplear de varios tipos. Y, por último, el órgano, con un registro de quincena, agudo, y es un artilugio portátil". A la instrumentalización de esta obra, añade Peñaranda, hay que añadir las voces: tenor y la Escolanía de Sevilla, que acompaña a la formación a lo largo del concierto.
La función de estos ministriles, en su tiempo, era la de acudir con su música a los "oficios divinos". "Los ministriles, que se articulaban alrededor de las catedrales, asistían a los oficios o a las vísperas, junto con el coro. O bien hacían pasaclaustros o salían a la calle dando soporte a los cantores", relata Peñaranda. Acerca de este cometido, señalan desde el grupo, hay multitud de documentación, tanto gráfica –pinturas y grabados– como manuscritos y partituras. "Contamos con muchísima iconografía. Como ejemplo, citamos la que se encuentra en el archivo de la Catedral de Sevilla, o en el archivo de Valencia. También están los libros del duque de Lerma, en Burgos. Es un oficio que estaba muy documentado", afirma el músico.
En Sacra Musicae se cuida todo al más mínimo detalle. No sólo la obra, en su contenido, también en la estética que la acompaña y la envuelve. Con el propósito de construir esa atmósfera de la Sevilla del XVI y del XVII, el grupo Ministriles Hispalensis vestirá con gola y con capa negra. Un color este que suponía un signo de distinción en el Renacimiento y en el Barroco. "El negro, en aquella época, era una manera de representar la distinción. Felipe II no vestía de negro por austeridad", sostiene Peñaranda.
Con la producción de Arcadiantiqua / Proyectos de Músicas Históricas, y con la colaboración del organista Abraham Martínez y de la Escolanía de Sevilla, la formación Ministriles Hispalensis propone así un espectáculo con el que divulgan cómo sonaban aquellas cofradías del Siglo de Oro. Dando al público de hoy la oportunidad de escuchar, con los ojos de la posmodernidad, aquellos sonidos barrocos y renacentistas. Tan diferentes a los que, en unos días, acompañarán a los cortejos procesionales que saldrán a nuestras calles.
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