Tim Burton y el regreso de Bitelchús inauguran la 81 Mostra de Venecia
El director estrena la secuela de la comedia de terror de los 80
Michael Keaton, Winona Ryder, Jenna Ortega o Mónica Bellucci forman parte del reparto
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Tim Burton ha recuperado la ilusión por el cine con Bitelchús, Bitelchús, la secuela de la popular comedia de terror de los 80, que ha llenado de fantasmas y carcajadas la jornada de inauguración de la 81 Mostra de Venecia.
“Con los años me había desilusionado con la industria del cine”, ha manifestado en rueda de prensa acompañado por Michael Keaton y Winona Ryder, que recuperan sus personajes del filme original y las nuevas incorporaciones de Jenna Ortega, Mónica Bellucci, Justin Theroux y Willem Dafoe.
“Siento que me había perdido un poco y esta película ha sido reenergizante para mi, me ha hecho darme cuenta de que la única manera de tener éxito es hacer lo que me gusta”, ha asegurado el director de Eduardo Manostijeras o Pesadilla antes de Navidad.
Treinta y seis años después, el cineasta estadounidense regresado a la casa encantada de Winter River para demostrar que no siempre las secuelas empeoran al original. Burton ubica su nueva comedia plenamente en el mundo de hoy y lanza dardos envueltos de humor contra el abuso de los móviles, las pseudoterapias, las nuevas masculinidades de postín o la superficialidad de algunos discursos supuestamente emocionales.
Si tiene un alter ego en el filme sería el personaje de Winona Ryder, Lydia, aseguró, convertida tres décadas después en la presentadora de un programa de éxito sobre fantasmas y manipulada por su marido (Theroux), que encarna esos nuevos discursos contra los que se rebela Burton.
“Me di cuenta de que si iba a hacer algo tenía que ser desde el corazón”, ha indicado y ha hecho hincapié en que “pensaba en el personaje de Lydia y a la vez en qué había pasado en mi propia vida y finalmente se trata de una película emocional sobre una extraña familia”.
Burton no quería hacer “una gran secuela” sino algo personal y ni siquiera vio la película original para prepararse. “Realmente está hecha con el mismo espíritu que la primera”, subrayó.
El corazón emocional de la cinta está en la relación de Lydia con su hija adolescente y rebelde, Astrid, papel para el que Burton ha elegido a Jenna Ortega, convertida en ídolo adolescente tras protagonizar su serie para Netflix Miércoles.
Comparando los dos personajes, Ortega ha dicho que Astrid es similar a Miércoles, con algunas diferencias: “Es más segura de si misma, sabe lo que hace, pero también tiene este enfado y resentimiento hacia el mundo a causa de un trauma”.
Burton despliega su imaginación visual y sentido del humor en la creación de un Más Allá al que se llega en tren a ritmo de soul, pero reniega del abuso de efectos especiales y apuesta por el retorno a lo artesanal. “No va ganar un premio a los mejores efectos especiales, eso seguro”, ha bromeado el director.
Sigourney Weaver, ‘Leona’ de Oro: “Mis padres no creían que pudiera tener éxito”
La actriz neoyorquina Sigourney Weaver ha sido distinguida con el León de Oro por su dilatada carrera en cine y teatro, pero, sobre todo, por haber acuñado desde los 80 “la imagen de una heroína sin precedentes, capaz de salir victoriosa ante modelos masculinos que habían dominado hasta entonces el género de acción”.
Entre estos papeles destaca el de la inolvidable teniente Ellen Ripley de la saga Alien, ideada por Ridley Scott y continuada por directores como James Cameron, pero también por otros trabajos como Gorillas in the Mist (1988) o el universo de Avatar.
“A lo largo de mi carrera he tenido la suerte de recibir historias en las que quería participar, películas que son más que las personas que aparecen en ellas”, ha reconocido ante su público.
No obstante, uno de los logros que le suelen endosar es el de haber cambiado o reforzado la imagen de la mujer en el cine con sus papeles, aunque ella prefiere hablar de “mujeres reales”, porque la fortaleza no es patrimonio de género alguno.
En este sentido, ha defendido que son las mujeres de todo el mundo quienes están en la línea de frente de las principales crisis, como el cambo climático, y son ellas las que la inspiran.
“Mis padres no creían que pudiera tener éxito y siempre hablaban fatal del mundo del espectáculo. Cuando vieron que salía adelante les sorprendió verdaderamente”, ha asegurado.
Por el momento Weaver, a sus 74 años, no tiene ninguna intención de dejar de trabajar y mucho menos ahora, que la industria ha aceptado aumentar la edad de jubilación de las actrices: “De repente han decidido que las mujeres mayores podían interpretar personajes interesantes porque son personas reales”, ha celebrado, sin abandonar cierto tono irónico.
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