Un testamento sevillano
Música clásica
Deutsche Grammophon asume la publicación del 'Miserere de Sevilla' de Hilarión Eslava interpretado por Luis Izquierdo, su gran defensor en el último medio siglo
Pocas relaciones tan estrechas pueden encontrarse en nuestro entorno musical como la que mantuvo durante casi medio siglo el director Luis Izquierdo (La Coruña, 1931) con el Miserere de Sevilla de Eslava. Habría que pensar en Willi Boskovsky y los conciertos vieneses de año nuevo o en Knappertsbuch y el Parsifal en Bayreuth para contextualizar convenientemente la fidelidad del maestro coruñés a una partitura que dirigió en Sevilla por primera vez en 1962, recién llegado a la capital andaluza como catedrático de piano, y repitió año tras año hasta 2007, con la sola excepción de 1990, en que la batuta fue empuñada por Pedro Pírfano.
Miguel Hilarión Eslava y Elizondo (Burlada, Navarra, 1807 - Madrid, 1878) había llegado a Sevilla en 1832 para ocupar el puesto de maestro de capilla de la Catedral, cargo en el que se mantuvo durante 15 años, pues en 1847 ganó la maestría de la Capilla Real de Madrid, trasladándose entonces a la capital para permanecer en ella hasta su muerte. Por aquella época, el cabildo hispalense tenía por costumbre presentar cada dos años un nuevo Miserere en las tardes de Miércoles y Jueves Santo. Eslava escribió su obra para la Semana Santa de 1835, pero en 1837 la crisis económica de la diócesis impidió el encargo de rigor, por lo que Eslava ofreció la pieza del 35 con algunos arreglos. En su nueva (y definitiva) forma, el Miserere adquirió pronto gran popularidad. No fue sin embargo hasta 1875 que se estableció la tradición de interpretarlo todos los años (siempre dentro del oficio litúrgico), si bien en la práctica se documentan bastantes excepciones a esta regla. La iniciativa partió del Ayuntamiento y tenía el aliciente de que el Miserere significaba la presentación en la ciudad del tenor y el bajo que formaban parte de la compañía responsable de la temporada de ópera que arrancaba cada año el Domingo de Resurrección.
Escrito en un estilo inequívocamente belcantista (donizettiano, se ha repetido hasta la saciedad), que tenía más que ver con la música teatral que con la sacra, el Miserere fue duramente criticado desde un primer momento por quienes no aceptaban ese tipo de música en los templos. Fue esta la razón esgrimida por el cardenal Segura para acabar con la tradición en 1945. La obra se recuperó sin embargo en 1956, pero ya como pieza de concierto: aquel año se interpretó en el Teatro Lope de Vega y en el Coliseo España, en 1957 y 1958 pasó a la Iglesia de la Universidad (la Anunciación) y entre 1959 y 1969 se ofreció en el Teatro San Fernando, para volver de forma definitiva a la Catedral en 1970. Desde 1973, la interpretación se adelantó al Sábado de Pasión, día en el que continúa ofreciéndose en nuestros días.
En octubre de 2007 se cumplieron los 200 años del nacimiento de Eslava, y la Sinfónica de Sevilla tuvo el acierto de acometer un registro de la obra, que además sirve como gran testamento sevillano de Luis Izquierdo, cuya primera grabación de la pieza (realizada en 1973) resulta hoy inencontrable. Se escogieron para ello los mejores mimbres posibles: José Bros, Flavio Oliver, Carlos Álvarez y dos niños solistas de la Escolanía de El Escorial, junto al Coro del Maestranza (que comenzó a participar en el acontecimiento en el año 2005) y la ROSS (que lo ofreció por primera vez en 1991). Al sumarse el sello DG al proyecto, éste ha adquirido una dimensión especial, la que sin duda merece una interpretación depuradísima, de limpísima ejecución y admirable detallismo, perfectamente incardinada en una tradición que en Sevilla es ya sagrada.
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