Una temporada en el mundo esencial de Carmen Laffón
Arte
Tres exposiciones, en el Bellas Artes de Sevilla, el CAAC y la Fundación Cajasol celebrarán desde mediados de este septiembre hasta finales de febrero de 2021 la obra de una artista fundamental del último medio siglo
La publicación de un catálogo razonado de toda su obra completa el llamado 'Semestre Laffón', que supone el primer proyecto conjunto de los principales centros artísticos de Sevilla
Sevilla/Vienen a la mente muy pocas figuras en el arte contemporáneo como Carmen Laffón, capaz de asimilar en su obra, con naturalidad, sin aspavientos, siempre honda, serena y propensa al recogimiento, la gran tradición de la pintura realista y el poso de la escuela sevillana en particular, tanto como esa conmovedora depuración del trazo y la composición que la deja a las puertas mismas de la abstracción contemporánea.
Cobra así plenamente su sentido que el primer proyecto conjunto que han emprendido el Museo de Bellas Artes de Sevilla y el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo –al que también se ha sumado con entusiasmo, como veremos, la Fundación Cajasol– gire en torno a la obra de la artista sevillana, referente inexcusable de la creación artística surgida de Andalucía en el último medio siglo.
Semestre Laffón, tal es el nombre que recibe esta colaboración inédita hasta ahora entre los dos grandes centros públicos de Sevilla dedicados al arte, consistirá en tres exposiciones que en conjunto recorrerán prácticamente todas las facetas, épocas y temas en la dilatada y muy fértil producción de la creadora; las cuales se completarán con la publicación de un catálogo razonado que recogerá, igualmente, la práctica totalidad de su obra, una tarea que, como reconoce el catedrático y crítico de arte de Diario de Sevilla Juan Bosco Díaz-Urmeneta, uno de los artífices indispensables de este completo y estimulante proyecto, ha sido complicado no sólo por la extraordinaria abundancia de piezas que tiene Laffón en su haber –en torno a 1.400– sino también porque el conjunto de las mismas está muy disperso en una gran variedad de instituciones y colecciones privadas de todo el mundo.
Felizmente acostumbrados como estamos a disfrutar de la obra de Carmen Laffón en el CAAC –perdura aún el rotundísimo éxito que logró la exposición El paisaje y el lugar, que batió cifras de asistencia allá en el año 2014–, puede decirse que el gran hito de este proyecto es la presencia de la obra de la artista sevillana en el Bellas Artes, el templo de la tradición cuyos patios y jardines ella misma ha retratado en varias ocasiones, y un lugar por lo demás de profundo significado sentimental para la artista, que este miércoles ha recordado –en unas claras y escuetas palabras leídas por un sobrino suyo, ya que a la proverbial introversión de la artista hay que sumar la afonía que sufre desde hace unos días– las numerosísimas mañanas de domingo de su infancia que pasó en las salas del museo, admirando a los grandes maestros de la pintura de la mano de sus padres.
La exposición que acogerá el Bellas Artes se titula El estudio de la calle Bolsa de Sanlúcar de Barrameda y podrá verse desde el 1 de octubre hasta el 28 de febrero de 2021. "En 1973, ella vivía fuera de Sevilla, en Madrid, y unos parientes le ofrecieron un estudio en esa calle de Sanlúcar. Era una habitación que había sido un secadero de ropa para los días de lluvia, pero en ese momento se había convertido en un mero desván que estaba lleno de materiales de desecho, puertas, tablas, materiales arrumbados del personal de servicio...", cuenta Juan Bosco Díaz-Urmeneta, comisario de esta exposición, sobre la historia de la misma. Desde la ventana de ese despojado estudio Laffón pintó en 1975 dos grandes vistas de Sanlúcar, y más adelante, mediados los 80, otras dos, muy similares aunque con la incorporación de la destacada presencia en ellas de las araucarias. Estos cuatro lienzos, todos de llamativo y enérgico gran formato –"solemos identificar a Carmen con la fragilidad y a veces se nos olvida la gran fortaleza de la que es capaz", apunta el comisario–, constituyen la parte central de la exposición del Bellas Artes.
Hace 20 años, la pintora y escultora supo que la casa iba a ser derribada y quiso volver allí. "Y se quedó alucinada", cuenta Díaz-Urmeneta. Todo seguía tal como lo dejó, como si, más que estudio, fuera aquello una cápsula del tiempo. En su intento de capturar la memoria de ese espacio, Laffón realizó varios grandes dibujos y algunas esculturas que recrean el austerio mobiliario, el aire del lugar donde fue tan feliz trabajando. Estas obras, "sumamente especiales y de impronta minimalista", conforman el segundo gran apartado de El estudio de la calle Bolsa de Sanlúcar de Barrameda.
La exposición que se verá en el CAAC, del 16 de septiembre al 28 de febrero del próximo año y comisariada por Juan Antonio Álvarez Reyes, director del centro de la Cartuja, y Javier Hontoria, su homólogo del Museo Patio Herreriano de Valladolid, se titula La sal y recoge sus obras más recientes, un total de 37 –21 inéditas, nunca mostradas públicamente hasta ahora; y una de ellas, como no es raro que haga, para gozoso quebradero de cabeza de los montadores de sus exposiciones, terminada hace unos días– que pertenecen todas a una nueva serie que inició la artista en 2017.
En ella hay dibujos –16 piezas que que realizó Laffón metódicamente durante las largas semanas de confinamiento–, ocho bajorrelieves y, principalmente, pinturas sobre tabla de gran formato en las que la artista se centra en las variaciones y las posibilidades de los tonos blancos, grises y azules en su ejercicio de contemplación de la línea del horizonte –un bello y melancólico motivo inseparable de la obra laffoniana– y de las salinas de Sanlúcar, con particular predilección por las de Bonanza y por los caños y esteros próximos a la desembocadura del Guadalquivir, tan hondamente amada por las retinas y los pinceles de Laffón.
Del 28 de septiembre al 10 de enero de 2021 se podrá ver Carmen Laffón en la colección Cajasol en la céntrica sede de esta fundación, que no en vano es la institución que más obras posee de la artista, a la que lleva comprándole desde mediados de los años 70. De nuevo con Juan Bosco Díaz-Urmeneta como comisario, la muestra reviste un especial interés, según cuenta éste, porque recorre trabajos comprendidos entre 1956 y 2002, es decir, "casi toda su historia" tanto vital como artística. Un total de 17 obras –14 pertenecientes a la colección de Cajasol y tres préstamos de colecciones particulares– aspiran a condensar el periplo de esta mujer a la que cuesta arrancar de su casa familiar de Sanlúcar, en La Jara, frente al Coto que incansablemente ha plasmado en su famosa e inolvidable serie. Esta vez, claro está, había un buen motivo para pedirle que abandonara, siquiera durante unas horas, ese paraíso esencial de paisajes vividos.
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